
Treinta empresas especializadas ofrecen deporte extremo en parajes naturales de la provincia
27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Saltar de un avión a 4.000 metros de altura en el norte de Portugal, precipitarse al vacío desde el puente de Arbo o coronar la cima del Faro de Budiño son sensaciones que viven muchos aficionados a los deportes extremos en la provincia. Una batalla constante entre el cuerpo y la mente. Correr todo tipo de aventuras para alcanzar sus objetivos se ha convertido en una tendencia que gana cada vez más adeptos.
En la provincia hay alrededor de treinta empresas y clubes especializados en deportes de riesgo, que ofrecen sus servicios por entre 30 y 70 euros por persona. Suelen acudir «unos 600 clientes» cada temporada, según explica el responsable de Turac Aventura, Alberto Fragueiro. Puenting, barranquismo o parapente son, en palabras de Óscar Garrido, de la empresa Senda Natura Baiona, «los que están más de moda» y se suelen practicar en zonas caracterizadas por la belleza de su paisaje o la dificultad de su terreno.
De esto no le falta a la provincia. Cabo Silleiro, Monteferro, la Serra da Groba o el Monte do Galiñeiro son escenarios atractivos para los amantes de la adrenalina. También lugares como Oia o Val Miñor ofrecen parajes inigualables que solo los más intrépidos se atreven a descubrir desde otra perspectiva. O Porriño, A Guarda y Arbo son también una referencia para valientes a la búsqueda constante de sus límites. Se aventuran por tierra, mar o aire hasta alcanzar su meta, hasta el siguiente desafío.