Se enfrenta a un año de prisión por amenazar con un cuchillo a su expareja junto al Lérez
PONTEVEDRA
El Juzgado de lo Penal número 4 de Pontevedra acogió esta mañana la vista contra un pontevedrés para el que el Ministerio Fiscal pide un año de prisión por un delito continuado de amenazas a su expareja, a la que intentó agredir con un cuchillo en al menos dos ocasiones.
La presunta víctima se reiteró en los hechos denunciados. Recordó como en enero de 2018 su compañero la amenazó mientras paseaban por el entorno del río Lérez. En febrero la agresión se repitió pero dentro del domicilio familiar en Pontevedra.
Prestó la declaración durante la vista la madre de la víctima, que puso en duda el testimonio de su hija y le restó fiabilidad.
Tras la celebración del juicio, el fiscal mantuvo su acusación inicial y pidió a la magistrada que condene al acusado a un año de prisión, tres años de prohibición de posesión de armas y dos años de prohibición de aproximación y comunicación con su víctima.
Valga
La misma sala de A Parda acogió también un juicio contra un vecino de Valga acusado de agresión a su expareja. El Ministerio Fiscal solicitó un año de prisión para el acusado, que ya acumula tres condenas por agresiones similares con parejas anteriores.
Los hechos que se juzgaron esta mañana se remontan a agosto de 2018. Aquella mañana la víctima se disponía a ir a trabajar utilizando el coche de su compañero. Discutieron y él le pidió que se bajase del coche. Ella no le escuchó y él la sacó del automóvil sujetándola por los hombros. En el forcejeo se produjeron lesiones en cuello y cara.
La víctima, que durante su testimonio trató de restar importancia a lo ocurrido, reconoció que en ningún momento tuvo intención de presentar denuncia contra quien era su pareja en aquel momento. Forzada por su madre y por una amiga, fue al centro de salud de Valga, a donde acudieron dos agentes de la Guardia Civil de esta localidad. En ese primer momento la víctima declaró que llevaba un año sufriendo malos tratos, insultos y vejaciones de forma continuada, pero que no denunciara por miedo y por pena, según testificaron las dos agentes que le tomaron declaración en su momento.
Sin embargo, esta mañana en sala se limitó a renunciar a cualquier indemnización que le pudiese corresponder y a asegurar que aquella mañana «yo actué mal», negando la intención de su expareja de agredirla.
Tui
En el Juzgado de la Penal número 4 de Pontevedra también quedó visto para sentencia un jucio que enfrentó a dos hermanos por una situación de violencia en el hogar, por el que el acusado se enfrenta a una pena de 9 meses de prisión.
Los hechos tuvieron lugar en el domicilio familiar, donde los dos hermanos, ambos mayores de edad, conviven con sus padres. La discusión comenzó, según relató el acusado, porque su hermana puso a hervir sobre la placa vitrocerámica una olla de grandes dimensiones con el riesgo de desperfecto que ello implicaría.
A partir de ahí las versiones difieren. El acusado dice que ella empezó a insultarse y que él se limitó a coger a su hija pequeña y abandonar el domicilio.
La víctima relató escupitajos, insultos y patadas. Según dijo no era la primera vez que se ensañaba con ella, hasta el punto de que se veía obligada a cerrar la puerta de su habitación para protegerse. Relató un episodio concreto en el que su hermano la tiró al suelo y ella cayó ante la puerta de entrada. Quiso cerrarla igualmente e incluso le propinó una patada en el estómago, lesiones que acreditó con un parte médico.
La insoportable convivencia en el hogar familiar hizo que la hermana cambiase su residencia. Los padres de ambos, citados como testigos, se negaron a prestar declaración.