El artista de orquesta que se reinventó en alma mater de un cuarteto

Alfredo López Penide
L. Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

LÓPEZ PENIDE

24 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva en la música más de cuarenta años, los últimos veintiuno en Galicia, comunidad en la que recaló desde Asturias al ser contratado por una orquesta y donde se terminó casando y siendo padre de un niño. «Me he tenido que reinventar -sostiene Jorge Menéndez-. El año pasado, cuando empezó esto de la pandemia, me puse al día con la composición, aunque nunca dejé de componer y con parte de la gente con la que compartí veranos en las verbenas creamos el proyecto Jorge Menéndez Quartet. Nos adaptamos a las condiciones y, aunque trabajamos algo el año pasado, en agosto se nos vino todo abajo y eso que teníamos bolos por Salamanca, Madrid y Galicia».

Este 2021 ha comenzado mejor, algo que se percibe en las palabras de este músico: «Estoy contento. Hay doce conciertos programados y, de momento, cero cancelaciones». Y esta noche espera ser profeta en su tierra de residencia, toda vez que tiene una actuación en Barro en el marco del programa #ConBdeBarro, mientras que en unos días se desplazará a Vilanova.

Jorge Menéndez no oculta su crítica por la forma en la que los artistas están siendo tratados durante la pandemia: «No sé porque nos cayó encima el sambenito de que la música contagiaba o podría dar lugar a contagios. En este año y medio, he visitado emisoras de radio, platós de televisión y las medidas están controladas al cien por cien, como lo están en los conciertos, cosa que a lo mejor en otros lugares, como un campo de fútbol o un centro comercial es más complicado».

Durante los meses de confinamiento, Menéndez compuso una serie de canciones con las que han sacado un disco, 69 Maneras. Estos temas están presentes en la gira que está realizando el cuarteto, aunque también guarda hueco para tributos a Manolo García, Miguel Ríos, Joaquín Sabina, y éxitos de la música italiana.

Su fuente de inspiración son, en muchos casos, las noticias que aparecen en la prensa -«los telediarios me dan mucha cobertura», bromea-, pero también situaciones de su vida diaria. «Una de las canciones, Historias de la vida, se inspiró en el drama de las pateras. Cuando tenía 20 años andaba con una libreta roja apuntando y ahora ya cojo el móvil y lo escribo ahí o ya grabo la melodía».

Los conciertos en solitario o con el grupo le ha permitido reencontrarse con algo que creía perdido quien «empezó cantando por los bares y algunos de ellos, peligrosos»: el contacto directo con el público. Es por eso que no se lo piensa mucho antes de reconocer que «no echo de menos, para nada, la verbena. Creo que tanto los músicos como yo personalmente interpretamos la música que nos gusta. Estoy dando a conocer mis propias canciones y estos es lo que más puede llenar a un artista. Si compones, lo importante es que las canciones lleguen». Y lo dice quien hace seis años montó su propia orquesta y guarda en su casa sin desembalar el material que adquirió a finales del 2019 para estrenarlo para la gira que iban a realizar en el verano del año siguiente y que el coronavirus malogró.

En todo caso, reconoce que en su caso se ha podido reinventar gracias a su capacidad de componer, algo que asume que no está al alcance de todos los integrantes de orquestas.