El «Jerusalema» más viral que las trabajadoras del Híper Froiz de Pontevedra dedican a su «patrón»

PONTEVEDRA

Capotillo

Ensayaron durante meses para poder grabar un vídeo y agradecer el trato de la empresa durante la pandemia

13 ago 2021 . Actualizado a las 18:18 h.

Medio centenar de trabajadores del Hiper Froiz de Pontevedra han hecho casi sin pretenderlo uno de los vídeos más virales de la ciudad. Coordinados y bailando al ritmo de Jersualema, los empleados de este supermercado grabaron un vídeo para dedicárselo a la familia Froiz tras más de un año de pandemia. Detrás de todo esto no está la empresa, sino Ángeles Caldas, una de las empleadas más veteranas de esta tienda que quería rendir un homenaje a sus compañeros, pero sobre todo al «patrón». Hace muchos meses que la idea empezó a rondar por su cabeza. Se remonta a noviembre. Ahí empezó a liar a sus compañeros para que se uniesen a esta flashmob, que durante meses ensayaban al salir de trabajar. «Cuando cerrábamos el súper a las diez de la noche y después de recoger todo, ensayábamos en la entrada hasta las once porque había todavía toque de queda», recuerda Caldas, que contó con el apoyo de buena parte de la plantilla del súper y de los repartidores del Híper Froiz. Y no solo eso. Alberto Meirás, un cámara de televisión que vive en el barrio las ayudó con la grabación y el montaje y el bailarín Luciano Gomes las coordinó en la coreografía. El resultado: un flashmob sin fallos y tan viral que ayer apenas se hablaba de otra cosa en este conocido súper de la calle Cobián Roffignac. 

Todavía se emociona cuando recuerda esos meses tan duros que vivieron desde marzo del 2020. «Hemos tenido siempre el apoyo de la empresa, no nos ha faltado de nada en un año tan duro», recalca esta empleada, que lleva 33 años trabajando en Froiz. Ella junto a otras tres empleadas veteranas protagonizan varias escenas de uno de los vídeos. Porque además del flashmob en el que la plantilla baila Jerusalema, hay otro en el que participan los repartidores y ella junto a otras trabajadoras veteranas. No es la primera vez que Ángeles organiza una movilización de este calibre. Hace más de un año, cuando la población estaba confinada, llamó a la Policía Local, Nacional y ambulancias para que acudieran a las ocho de la tarde a aplaudir. Todavía hoy se emociona al ver esas imágenes que guarda como un tesoro en su móvil. «Fueron nuestros ángeles de la guarda», reconoce antes de despedirse y continuar con el trabajo diario junto a unas compañeras y una encargada a la que solo puede agradecerle la implicación en un proyecto que las ha hecho más famosas de lo que son el el barrio de Santa Clara.