El reto de Alfonso Rueda

PONTEVEDRA

Alfonso Rueda, atendiendo a los medios de comunicación esta semana en una visita a las obras en la EDAR de Os Praceres
Alfonso Rueda, atendiendo a los medios de comunicación esta semana en una visita a las obras en la EDAR de Os Praceres ADRIÁN BAÚLDE

El pontevedrés, próximo presidente de la Xunta de Galicia, tiene por delante dos años de «MIR», antes de las reválidas de las elecciones generales en 2023 y autonómicas en 2024

17 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En cuestión de unas pocas semanas, Alfonso Rueda Valenzuela, pontevedrés que cumplirá 54 años el 8 de julio, se convertirá en el sexto presidente de la Xunta desde que Galicia es comunidad autónoma. Y en el primer titular del gobierno gallego, nacido y vecino de la ciudad del Lérez.

A diferencia de Albor, Fraga, Touriño y el propio Feijoo que lo hicieron después de respectivas elecciones autonómicas, Rueda llegará a la jefatura del gobierno gallego mediante la renuncia del actual presidente y la convocatoria de una sesión de investidura a mitad de mandato. Un proceso atípico que no tiene precedentes en la reciente historia política de nuestra tierra. Solo cabría equipararlo, por lo imprevisto, con la moción de censura que tumbó en 1987 a Gerardo Fernández Albor y que posibilitó la investidura del socialista Fernando González Laxe, al frente de un gabinete de coalición con la ayuda clave y protagonismo esencial de Xosé Luis Barreiro.

Casi en paralelo, Alfonso Rueda también asumirá la presidencia del PP de Galicia, en un congreso extraordinario que mañana será convocado por la junta directiva regional. Un congreso que —muy probablemente— se celebrará en la ciudad de Pontevedra y al que Rueda llegará como «primus inter pares», después de 16 años siendo la persona de más confianza de Feijoo.

El partido

Alfonso Rueda asumirá la presidencia de la Xunta y el liderazgo del PP gallego como consecuencia del camino previamente desbrozado hasta alcanzar el consenso necesario con los demás barones provinciales. La conformidad —con las condiciones que iremos conociendo— de los Diego Calvo, Elena Candia y Jose Manuel Baltar, es la que permite que Feijoo transite su relevo sin sorpresas y, por tanto, Rueda se postule al frente del partido con una lista única y sin rivales. Porque esa elección como presidente regional del PP le convertirá de modo automático, según determinan los estatutos del partido, en el próximo candidato de los populares a la presidencia de la Xunta en los comicios a celebrarse en dos años.

Es decir, en su caso, Alfonso Rueda tendrá una segunda oportunidad. Será candidato a reelección, disponiendo de casi dos años de ejercicio, de un MIR de aprendizaje como presidente de la Xunta, para intentar «doctorarse» ante las urnas en el verano de 2024.

Aunque lo más probable es suponer que Rueda tenga poco margen de maniobra y trabaje lo que resta de legislatura con la hoja de ruta que venía trazada por Feijoo, el pontevedrés estará obligado a maniobrar según sople el viento en virtud de las circunstancias propias y de su entorno.

Reajuste de gobierno

El Partido Popular es hegemónico en Galicia por lo que Alfonso Rueda tiene ante sí la responsabilidad de cultivar una acción de gobierno desde la Xunta que propicie unos buenos resultados electorales en las reválidas a las que se someterá entre 2023 y 2024. Y por medio, echar una mano a Núñez Feijoo en las elecciones generales que Pedro Sánchez convocará, presumiblemente, en el último trimestre del año próximo.

En las próximas semanas a Rueda no le va a sobrar un minuto. Tendrá que acometer una sesión de investidura y después de que la mayoría absoluta parlamentaria del PP le confiera la confianza de la cámara, deberá encarar la formación de un gobierno. Creo que seguirán la mayoría de los conselleiros y conselleiras, aunque Rueda va a hacer algunos cambios. Uno es inevitable: nombrar un vicepresidente que ocupe su vacante. Dicen que sería la cuota de Diego Calvo y el PP coruñés. Y habrá otros cambios en función de las concesiones a otorgar a Ourense y Lugo.

En paralelo, Rueda deberá formar una ejecutiva regional del partido, con reparto de pesos entre las cuatro provincias y con decisiones tan importantes como quién ocupará la secretaria general que Miguel Tellado dejará vacante. Ese número dos es clave para darle tranquilidad en la gestión del partido y afrontar las citas electorales de 2023. Hay que definir alcaldables, elaborar listas en los municipios y preparar candidaturas para Congreso y Senado.

Y Pontevedra

Por otra parte, Rueda deberá acometer su propio relevo al frente del PP provincial que viene presidiendo desde hace seis años. Había tomado las riendas en un congreso en marzo de 2016, después del batacazo del Partido Popular en los comicios municipales de 2015 con el colofón de la pérdida de la Diputación, lo que propició la caída de Rafael Louzán.

Rueda dejó de ser el secretario general regional del partido para convertirse en barón provincial, por expreso encargo de Feijoo quien le encomendó recomponer el PP pontevedrés y mejorar resultados electorales. Lo ha conseguido en generales y autonómicas, pero las municipales se les siguen atragantando. En las tres principales ciudades de la provincia el PP es oposición lo que tiene mucho que ver con que en 2019 se les volviera a escapar la Diputación.

Rueda pilotará el proceso de remuda en la cúpula provincial del partido e intentará propiciar la elección de un presidente o presidenta (muy probable que sea una mujer) que además de la obligación de mantener las 25 alcaldías que actualmente detenta el PP, también ayude a Marta Fernández Tapias y a Rafa Domínguez a remontar en Vigo y Pontevedra. Y a acertar con un candidato que plante batalla a Alberto Varela en Vilagarcía.