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18 ago 2022 . Actualizado a las 16:01 h.La puerta de Carlos I se abrió ayer en la Escuela Naval de Marín para recibir a 127 nuevos alumnos —veinte de ellos mujeres— que inician su período de adaptación a la vida castrense. El curso empieza oficialmente el 16 de septiembre, pero los aspirantes a guardiamarinas están ya desde ayer en el recinto militar aprendiendo cómo será su vida los próximos años como alumnos de la Academia de la Armada española. Los jóvenes aguardaron a que se abriera el portalón, acompañados por sus familiares, y fueron pasando de uno a uno, según se iban llamando sus nombres, para formar por primera vez en la explanada de la Escuela Naval. Una vez dentro, se procedió a recitarles los versos de Calderón de la Barca sobre la vida del marino y se fueron a sus nuevos alojamientos y aulas. Asimismo, dos personas por cada familia pudieron acompañarles hasta el salón de actos del centro castrense, donde el comandante director les explicó en qué consistirá su estancia formativa en los próximos años.
Además de los aspirantes españoles, también se incorporaron a la Escuela Naval diez alumnos de Arabia Saudí y uno de Tailandia, en el marco de los acuerdos de cooperación entre España y sus países aliados. Los tailandeses llevan décadas formando a uno o más de sus oficiales en Marín, mientras que los saudíes empezaron hace unos pocos cursos a ser también habituales, reforzando la proyección internacional de la Academia militar en el mundo.
Antes de entrar, Gonzalo, de 19 años y vecino de Cartagena, explicaba que su objetivo era convertirse en infante de Marina, aunque sus preferencias estén en algún día ser piloto. Diego, de 20 años y natural de Madrid, comentó que en su familia hay una larga tradición de militares. Sabe que no será fácil, pero está dispuesto a dar todo de sí. «Sobre todo al principio sé que habrá mucho trabajo y mucho que aprender». Gonzalo y Diego tendrán ahora cinco años por delante para conseguir su meta y recoger sus reales despachos un día del Carmen en un acto oficial solemne.
Lo mismo espera Jaime, de 25 años y madrileño. Sostuvo: «Mi pasión desde que era pequeño es la Armada». Él es uno de los que entró en el curso con una titulación universitaria, lo que implicará que su estancia formativa sea más corta que los demás.