General Alfonso Pardo de Santayana Galbis: «El centro de gravedad del Ejército de Tierra seguirá siendo el combatiente»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

El nuevo mando de la Brilat estaca que su adaptación a Pontevedra está siendo «muy fácil»

06 mar 2023 . Actualizado a las 10:48 h.

Hace escasos días, el general Alfonso Pardo de Santayana Galbis asumió el mando de la Brilat, una unidad que conoce a la perfección tras haber estado destinado en dos ocasiones a la misma y de la que guarda «unos recuerdos entrañables». Así, en el verano del 2003, «tras el ascenso a comandante tuve la suerte de venir destinado al batallón Zamora, en el regimiento Isabel la Católica. A la experiencia de conocer una magnífica unidad de infantería se le sumaba que vivíamos en O Grove, al lado de la playa, en la casa de mi suegro, gallego de Padrón. Lo recuerdo como una época muy feliz». De igual modo, comandó el regimiento asturiano Príncipe número 3, período que califica también de «excepcional. Disfruté mucho de esa tierra, de sus gentes y de mandar una unidad increíble».

—Imagino que este pasado juega a su favor a la hora de dirigir la brigada.

—En efecto. En todos los trabajos y profesiones el camino recorrido ilustra hacia dónde ir. En mi caso todo ha sido una preparación, de hecho, los distintos ascensos y destinos de alguna manera están diseñados para que estemos preparados para el mando que se nos otorga. Los comienzos de teniente te enseñan a obedecer, después de capitán aprendes a mandar y a asumir responsabilidades. De comandante asesoras al mando y entiendes cómo funciona el Ejército. De teniente coronel vuelves a mandar, pero ya un batallón, con mucha más responsabilidad. De coronel atisbas aspectos como el área institucional o los asuntos económicos y, por fin, en el empleo de general se tocan todos los palos.

—¿Qué destacaría de la Brilat?

—Los hombres y mujeres que forman parte de la familia Brilat. Sin duda marcados por su tierra, son gente recia y austera, poco dados a alardear, pero muy fiables.

—¿Cuáles son los retos que tiene por delante?

—El objetivo principal es estar siempre dispuesto y preparado para entrar en combate, como reza nuestro decálogo, preparación, preparación, preparación. El objetivo no es desplegar en una u otra misión internacional. Nosotros tenemos un plan anual de preparación con muchas actividades de instrucción y adiestramiento que tenemos que cumplir, es un programa muy intenso. Este plan culmina a final de este año 2023 con el despliegue de todas las unidades de la Brigada en Zaragoza, en el campo de maniobras y tiro de San Gregorio. Ahí podremos comprobar si hemos llegado bien preparados o queda algún aspecto por mejorar.

—Y en toda esta preparación, ¿qué papel debe jugar la brigada en la NATO Readiness Initiative?

—Significa un reto más para la brigada. A efectos de nuestra preparación no cambia nada, las unidades que formen parte de esa estructura tendrán que alcanzar los objetivos de adiestramiento que se determinen para estar en condiciones de asumir la misión que España nos asigne, en común acuerdo con nuestros aliados y teniendo en cuenta los compromisos que previamente se hayan adquirido por nuestro gobierno.

—Vivimos una época de adaptación que abarca a todas las brigadas del Ejército de Tierra, ¿cómo afectará a la Brilat?

—Todos son tiempos de cambio porque los conflictos son todos distintos. Estamos acostumbrados. El Ejército de Tierra tiene la responsabilidad de mantener unas fuerzas terrestres preparadas y eficaces para el combate de hoy y del futuro. Para cumplir ese propósito ha iniciado un proceso de cambio denominado Fuerza 35, con la finalidad de mantener unas Fuerzas Armadas eficaces y proporcionadas al nivel de ambición establecido. El diseño, la experimentación y el equipamiento de esta fuerza son prioridades que centran todos los esfuerzos de nuestro Ejército y, por ende, de la Brilat. El desarrollo de una Fuerza con horizonte en el año 2035 se debe a cinco factores principales que originan el cambio: cambios sustanciales en el entorno de Seguridad y Defensa, mantener la necesaria coherencia con los objetivos de la Defensa, interoperabilidad con los países de las Alianzas, la aparición de nuevas tecnologías disruptivas y la adaptación al ritmo rápido de innovación. Y en ese espacio y en ese proceso de adaptación estará la brigada sin duda alguna, con mucho esfuerzo, trabajo y dedicación de todos los hombres y mujeres que forman parte de la Brilat. A pesar de los cambios que estamos abordando, el centro de gravedad del Ejército de Tierra seguirá siendo el combatiente. Las máquinas desplazarán a los humanos en ciertas funciones, pero no los sustituirán. Será esencial maximizar los recursos humanos de las fuerzas terrestres, captar y retener el talento e implantar una nueva forma de mandar, haciendo crecer al líder.

—¿Cómo está siendo su adaptación a Pontevedra?

—Muy fácil porque me estoy encontrando una ciudad preciosa con gente muy hospitalaria, encantada de compartir su tiempo y de descubrirme sus maravillosos paisajes o los secretos de su gastronomía.