La parroquia pontevedresa de Bora se revuelve contra la A-57: «Nos va a echar de nuestras casas»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Denuncian cómo la carretera prevista «condena y destroza» cuatro aldeas, donde unas sesenta viviendas quedarían a pie de taludes o bajo un viaducto

08 nov 2023 . Actualizado a las 18:36 h.

Corría el año 2004 cuando los vecinos de Bora, en Pontevedra, montaron una carroza de carnaval con un dragón que destrozaba su parroquia. Aquel animal fantástico era la futura carretera A-57, la supuesta circunvalación de Pontevedra, contra la que luchaban por la grave afección a las aldeas de A Corval, Leirados, O Teso y Lameliña. En aquel momento no necesitaron explicar a nadie su comparsa. «Toda Pontevedra estaba con nosotros, desde el alcalde y todos los grupos políticos a los vecinos», recuerdan, mientras muestran fotos de movilizaciones históricas. La carretera no se hizo entonces. Pero, veinte años después, el dragón vuelve a amenazarles y ahora sí que tienen que explicarse, porque se ven sin el amparo de antes. Cuentan que, por extraño que suene después de miles de alegaciones, Fomento recuperó el viejo trazado y ahora se enfrentan a lo mismo contra lo que tanto lucharon. «Parece una traición, una venganza. El Ayuntamiento cambió de parecer, dijo que sí al trazado que condena a nuestra parroquia y Madrid tiró para adelante», señalan con una sola voz Lucía Pazos, Mari Carmen Tenorio y Gonzalo Arís, portavoces de la plataforma vecinal.

Los vecinos reconocen que, tras un inicio del siglo XXI agitado, luchando para evitar que la A-57 que parecía inmediata atravesase sus aldeas, llegaron unos años de calma tensa. No de tranquilidad, porque como el proyecto estaba en eterno estudio nunca llegaron a tener seguridad sobre sus viviendas, pero al menos con menor agitación. «Yo misma no sabía si rehabilitar una casa antigua de mi familia o no. Si no lo hacía se me caía encima y si lo hacía corría el riesgo de que acabase quedando colgada en un talud de la A-57», confiesa Lucía. 

Fue pasando el tiempo y ellos creían que la palabra dada en su día por políticos y técnicos tras tanta lucha, el compromiso de que se diseñaría un trazado que tuviese en cuenta sus miles de alegaciones, era real. Pero este verano les llegó el mazazo. Se aprobó el informe de impacto ambiental de la A-57 y ahí vieron que el trazado elegido «es prácticamente idéntico al que rechazamos hace veinte años». ¿Qué supone eso? Denuncian decenas de afectaciones. Pero, sobre todo, cuentan que lo que va a ocurrir es que A Corval, Leirados, O Teso y Lameliña quedarán divididas por los cerca de tres kilómetros de carretera que pasará por la parroquia y con ello unas sesenta casas acabarán pegadas al trazado; bien colgadas junto a taludes o trincheras, bien debajo del viaducto de más de un kilómetro que marca este diseño. A mayores, calculan que se prevén demoler unas cinco viviendas y algunas construcciones más.

Aunque hundidos por tener que volver a la lucha, con cierto sentimiento de «fracasados» encima, en Bora no están dispuestos a rendirse ante lo que consideran «una condena para el rural de Pontevedra». Quieren que se sepa que si el proyecto definitivo de la carretera no se cambia su parroquia quedará prácticamente aniquilada e insisten con una sola voz: «Nos echan de nuestras casas. Mari Carmen, Lucía y Gonzalo tienen callo estudiando los planos, repasando las normativas y acudiendo a decenas de reuniones con técnicos y políticos. Insisten en que la propia ley marca que a menos de 230 metros de una autovía el ruido es insoportable para el oído humano y pronostican lo que se les viene encima: «En Bora ahora mismo nos despertamos por la mañana y escuchamos cantar los pájaros. No nos imaginamos nuestras casas con una carretera pegada o encima. Algunos la vamos a tener a menos e 50 metros». 

Xeve, en parecida situación

En realidad, el caso de Bora no es el único. Este mismo verano, después de conocerse que se aprobaba el informe de impacto ambiental, vecinos de Xeve también se revolvieron por el proyecto por causas muy similares. Las dos parroquias son las afectadas por el segundo tramo de la carretera A-57, que va desde A Ermida, en la parroquia pontevedresa de Marcón a Pilarteiros (en Xeve). Son solamente cinco kilómetros de trazado que, sin embargo, siempre tuvieron una enorme contestación social por las afectaciones que supone. Hubo una ocasión —porque esta obra dio numerosos tumbos y hubo que alegar varias veces— en la que los vecinos llegaron a presentar 21.000 alegaciones. Con el Gobierno de Madrid en funciones y el color político que tendrá la Moncloa sin decidir, no se sabe qué pasará con el proyecto. Pero que se aprobase el informe de impacto ambiental hizo saltar las alarmas y despertó el espíritu de lucha tanto en Xeve como en Bora. Nadie prevé quedarse quieto.