Illas Atlánticas, a favor del matorral gallego: «Os toxos non so pinchan»
PONTEVEDRA
El Parque Nacional resalta el papel vital de las plantas para aves y reptiles
28 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los toxos y las xestas no son las plantas más populares entre los excursionistas que se adentren en cualquier zona alejada de los núcleos de población en Galicia, pero cumplen una función fundamental en la protección de la biodiversidad, especialmente en las islas, más desprovistas de otros ecosistemas como los bosques que tanto abundan en el interior provincial.
El Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia quiere concienciar a los visitantes sobre la importancia y el valor de estas plantas que, por ser tan comunes, no son debidamente apreciadas por los ciudadanos que residen en ciudades y localidades de tamaño medio.
El lema ya lo dice todo porque en sí mismo es una declaración de principios. «Os toxos non so pinchan». Es una de las consignas de una campaña de divulgación que el Parque Nacional difunde a través de redes sociales y donde se defienden los valores ecológicos de «toxeiras, uceiras, xestas e arbustos espiñentos».
El director del Parque Nacional, José Antonio Fernández Bouzas, explica que el matorral cumple una función de protección, entre otras muchas, de muchas especies de aves y pájaros, así como de insectos, reptiles y de anfibios, que en las islas son animales más vulnerables que en el continente.
Recuerda Fernández Bouzas el caso de la xesta de Ons, una planta única en su género y que Illas Atlánticas, entidad dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, tiene como uno de sus objetivos preservar para las generaciones futuras. «Esta planta solo crece en Ons», resalta el director del Parque Nacional.
Zonas acotadas
Así que, se ruega también a los visitantes que llegan a islas como Ons que respeten las indicaciones que impiden el acceso de las personas a zonas de matorral. Xestas, toxos y otras plantas conforman un santuario natural para algunos de los animales con poblaciones que hay que conservar. Y en casos como la xesta de Ons es la propia planta un ejemplo único en el mundo del que los gallegos deberían estar orgullosos y asegurar su supervivencia.
En las islas más expuestas al Atlántico es difícil encontrar bosques autóctonos, por la errática política forestal de las décadas centrales del siglo XX. Sin embargo, aún es posible encontrar formaciones de «cerquiños» y otros árboles que recuerdan también la importancia de velar por los árboles autóctonos y de combatir —de hecho se está intentando erradicar— las especies vegetales que se pueden considerar invasoras.
Según el caso, se emplean medios manuales y mecánicos para la eliminación y control de vegetación arbórea de gran porte, sobre todo eucaliptos y acacias. Las tareas desarrolladas en islas como Ons y Cíes incluyen «desbroces de penetración, apeo, derramado, tronzado, apilado e trituración dos restos».
También se actúa contra la vegetación invasora herbácea como Arundo donax, Vinca difformis, Zantedeschia aetiophica y otras. Aquí hay que ser aún más selectivo y cuidadoso para no dañar la flora insular. A estas hierbas se leas arranca con medios manuales y donde es posible con desbrozadora.
Para la preservación de la biodiversidad vegetal de entornos como Ons, los técnicos del Parque Nacional realizan recogidas manuales de semilla y de propágulos —estanquillas— de plantas autóctonas y así «asegurar a súa orixe nos tempos adecuados para cada unha das especies seleccionadas». Se producen en viveros, donde se germinan estas semillas en instalaciones controladas de un laboratorio, «sendo engordadas en viveiro para asegurar un tamaño viable para a súa plantación». Por último, para evitar que sean objeto de pisoteo u otro tipo de agresiones por parte de los humanos, sea consciente o no, se ha construido cierres para delimitar los entornos donde hay flora y fauna amenazada.