Los turistas resuelven el debate sobre la tasa de Santiago: «Nos parece bien, ya pagamos en otras ciudades»

MaRÍA PATRICIO / S. L. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

MARINA FERRADÁS

Aunque no les agrada el pago del impuesto, la mayoría de los visitantes lo aceptan como una forma de contribuir a los gastos

06 jul 2024 . Actualizado a las 21:07 h.

Las personas que visitan estos días Santiago no conocen la propuesta de tasa turística que presentó el Concello este jueves, pero no son ajenos a este tipo de impuestos que ya han pagado en otras ciudades, generalmente en Europa. De primeras, no les agrada que aumenten sus costes del viaje con impuestos. Tal como apuntan varios de los consultados, «el turista va buscando siempre el ahorro». Sin embargo, aceptan la tasa como una forma de aliviar la presión turística y contribuir a la ciudad, a la limpieza y a los vecinos.

Tampoco les parecen «excesivas» las cantidades planteadas, que oscilarían de 1 a 2,5 euros por persona y noche dependiendo de la categoría del establecimiento en el que se alojen. Todos los consultados concuerdan en la necesidad de regular los excesos de turistas, no solo de la capital gallega. Pero sus opiniones se dividen al valorar las medidas políticas que se adoptan para solventar esas situaciones.

Emma, que viene de Madrid, piensa que son demasiados turistas en Santiago. «Que paguen. Hay que cortar y hacer algo para mantener las cosas. Todo cuesta», insiste. Lo mismo piensan David y Pepa, una pareja de Valencia que ha pagado una tasa con anterioridad en Baleares y en Cataluña, así como fuera de España. Pasarán cuatro días en un apartamento en Compostela, lo que equivaldría a seis euros de la tasa que propone el Concello. La pareja no duda que abonaría ese impuesto para «ayudar no solo a los hoteles y restaurantes, sino a toda la gente afectada por lo que conlleva el turismo».

Preguntados sobre a qué destinarían la recaudación, dicen que a la ciudad, a las infraestructuras y a los compostelanos, y no a servicios exclusivos para turistas. «Que se revierta, porque hay un gasto muy importante por parte de los vecinos», pide David. Otros turistas apuntan a que la idea de crear un impuesto nace de la «falta de civismo y de limpieza» de algunos visitantes y que, si no actuasen de estos modos, «no sería necesario tener que pagar una tasa».

En el otro extremo, están aquellos a los que les molesta que les cobren, o que directamente lo consideran «un robo», aunque entienden el motivo y observan una tendencia en toda Europa, «algo que va a acabar por imponerse». De hecho, admiten que tendrían en cuenta la tasa turística para escoger destino, pero que no sería decisiva. Varios de los visitantes contrarios a la medida ya han pagado otras veces. «A lo mejor ves dónde cobran menos para ahorrar, pero si es lo que hay, no cambiaría de opción», afirma Óscar, de Toledo.

Ricardo, que abonó una tasa en Estados Unidos sin saberlo, pide claridad y transparencia en este tipo de pagos. «Me pasó en Nueva York, me hacen pagar las tarifas normales y luego, cuando ves la factura final, descubres que pagas un impuesto de este tipo, unos precios ocultos que molestan», explica este visitante.

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«A mí no me importaría pagar»

Jessica, de Ciudad Real, lo tiene claro. «A mí no me importaría pagar. Al final, hay mucho turismo e implica mucho gasto para la ciudad. Yo he ido a otras ciudades que me han cobrado incluso más. Si es para contribuir a que la ciudad esté limpia, al mantenimiento de las calles o a sufragar un poco los inconvenientes que pueden producir tanto turismo, pues a mí no me importa».

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«Es un robo, pero lo pagué en Lourdes»

Constantino viene a la ciudad con un grupo de turistas italianos desde Cerdeña. Asegura que le parece «un robo» la tasa turística, sin embargo, su viaje ha pasado por otras ciudades, como Lourdes y Milán, donde sí le hicieron pagar un impuesto que variaba con el tipo de hospedaje, similar al que plantea Santiago. Constantino no concuerda con «hacer pagar a los turistas».

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«Tenemos que ser cívicos y limpios»

Pilar (en la foto, a la derecha) viene de Málaga a Galicia por cinco días y pasará dos en Santiago para asistir a O Gozo Festival. Ya ha pagado tasas turísticas fuera de España. «Hace años que se cobra, sobre todo en Italia. Es un impuesto que sueles pagar presencialmente, que no va incluido en la reserva», explica. Con todo, insiste en que, si la gente fuese «cívica y limpia», no habría que retribuir ninguna tasa.

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«Si se implanta así, hay que acatarlo»

Óscar, de Toledo, pasará siete días en la comunidad con un grupo de 19 personas. En su visita, dejan tan solo un día para la capital, dado que duermen en Caión, en A Laracha. Aún no ha ido a ningún destino que exigiese un pago similar, pero, aunque no es de su agrado, piensa que «si se exige y se implanta así, pues hay que acatarlo». Lo mismo afirman sus compañeros de viaje.

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«No creo que afecte para frenar la ola»

Ricardo es de origen cubano, aunque vive en Miami. Él considera que «en cierta forma, tiene sentido. Santiago es una ciudad muy turística». Con todo, no cree que la teoría acabe funcionando en la práctica. «No creo que afecte para frenar la ola de turismo, ni que haya menos personas o que el tráfico esté menos congestionado». De afectar a alguien, piensa que podría ser a los peregrinos.

El PP pide al BNG que aclare el fin del impuesto y el PSOE lo reivindica 

m. mosteiro

El portavoz municipal del PP, Borja Verea, criticó el informe sobre la implantación de la tasa turística remitido por el Concello a la Xunta de Galicia, y que fue presentado públicamente por la alcaldesa, porque considera que es el mismo trabajo que ya se entregó hace un año. «É o mesmo informe, só un ano máis vello», señaló. Verea tildó al gobierno del BNG de «incompetente» y apuntó que «non é una taxa de cidade, senón do BNG. É o xoguete do BNG contra o Goberno do PP da Xunta». El concejal popular considera que el informe sobre la tasa no responde a los tres requisitos que se plantearon hace un año: «Aclarar o destino, demostrar o consenso social e económico e xustificar a masificación turística e hoteleira».

Fue especialmente crítico con la falta de datos para responder al destino de los fondos que se recauden. Apuntó que «no artigo 25 do informe di que 80 % ten financiación incondicionada», es decir, que «poden gastar os fondos no que queiran». El 20 % restante sería para promoción turística y conservación del patrimonio. Aseguró que el BNG gasta en asesores «o dobre que o goberno do PSOE», y añadió que, sin concretar su destino, podría dedicar la tasa a pagar asesores. Según Verea, en el informe tampoco se justifica el consenso social ni económico sobre el impuesto, porque «non houbo ningunha reunión nin contactos co sector. Non hai ningunha adhesión pública ao texto». En cuanto a la masificación, el concejal recordó que la ocupación media hotelera es del 60 %, y reconoció que la presión turística se limita a días determinados y zonas concretas. «Se fora alcalde, xa estaría aplicada a taxa sobre os excursionistas», a quienes Verea responsabiliza de la saturación de momentos concretos. Negó que la Xunta rechace la tasa y reiteró que Alfonso Rueda dijo que la aceptaría si se cumplen los requisitos, pero «non se xustifica nada».

«Camiño iniciado polo PSOE»

Por su parte, el portavoz del PSOE, Gonzalo Muíños, celebró que se avance en la implantación de una tasa que reivindicó que «é un camiño iniciado no goberno socialista», pero dijo que el informe debe ser entendido como «un punto de partida». Coincide con el PP en que, de acuerdo con las declaraciones de colectivos del sector, «non houbo un diálogo con eles e tampouco cos grupos municipais», pero aclaró que «se o houbera, para nós a prioridade é que esta taxa se aborde dende a perspectiva de cidade». Considera Muíños que su destino debe repercutir en los vecinos, por medio de «axudas á rehabilitación, promovendo o retorno ao casco histórico, e para actividades de dinamización cultural que repercutan tamén no sector».