Abel Losada refuerza el compromiso contra la violencia machista: «En España faltan 1.238 mujeres que deberían estar con nosotros y ya no están»

En el transcurso de su toma de posesión como subdelegado del Gobierno, el sexto de la provincia de Pontevedra, Abel Losada insistió en la idea de mantener una «lucha militante e incansable contra la lacra intolerable de la violencia machista». «Porque si un solo asesinato es intolerable —remarcó al respecto—, acabamos de cerrar un año con 56 asesinatos. Y ya son 1.238 desde que comenzaron los registros en el año 2003. En España faltan 1.238 mujeres que deberían estar con nosotros y ya no están. Y os voy a confesar algo terrible: desde que empecé a preparar este discurso he tenido que corregir la cifra varias veces».

Así, aludió a que en el 2023, y en la provincia de Pontevedra, «nos arrebataron a Beatriz (dejando dos niños de 6 y 9 años huérfanos) y a Ana. Y esta es también la provincia que ha sufrido crímenes machistas tan repugnantes como los de Valga y Moraña».

El nuevo subdelegado, de igual modo, criticó el afloramiento de los negacionismos de aquellos que rechazan el cambio climático, pero también «de la sinrazón de los machistas, de los homófobos, de los clasistas y de los xenófobos, a los que, a su juicio, se han sumado ahora los negacionistas de la democracia misma, que vocifera que estamos en una dictadura o ante un Gobierno ilegítimo, tratando de erosionar a las instituciones que nos representan».

En el acto institucional celebrado en la Subdelegación del Gobierno, Abel Losada estuvo acompañado por doscientas personas, entre ellas el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, quien le animó a «asumir los retos de impulsar los proyectos que desarrolla el Gobierno de España en esta provincia para consolidar la transformación y la modernización que marca la acción del Gobierno de España desde que Pedro Sánchez es presidente».

La «marea plástica»

Losada citó a Antonio Machado para señalar que España «hace camino andando, un camino de progreso, de igualdad y de justicia social», al tiempo que por continuar «en este camino machadiano a pesar del ruido incesante de los insultos, el odio y la crispación». Es por ello que apostó por la cooperación y coordinación institucional como única manera de servir a la ciudadanía.

En este punto, y aludiendo a la crisis de la «marea plástica», que definió como «un accidente del que nadie tiene la culpa, excepto la naviera», se mostró contundente al dejar claro que la cooperación ante una emergencia ambiental pasa porque cada administración reconozca y ejerza sus competencias desde el primer momento. «No consiste en esconderse detrás de la bronca, en negarse después a pedir ayuda cuando se necesita y, finalmente, acabar pidiéndole lo imposible al Estado por tierra, mar y aire. Nin tampoco consiste en alegar que la limpieza de las playas es una competencia rutinaria municipal».

Previamente, su antecesora en el cargo, Maica Larriba, rememoró los sentimientos que le embargaron cuando tomó posesión hace algo más de cinco años, al tiempo que hizo un balance del tiempo que ejerció como subdelegada. Un período en el que tuvo que lidiar con la pandemia del coronavirus, así como hacer frente a «terribles sucesos de violencia sobre las mujeres, asesinatos como el de Valga, uno de los primeros y más terribles que tuve que afrontar. Cada una de las mujeres asesinadas son una herida que llevo marcada para siempre en mi memoria». De igual modo, aludió a los naufragios del Sin Querer 2 y del Villa de Pitanxo: «Nunca en mi vida he sentido más cerca el dolor y la desesperación».

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