Nacima y Zinu, dos peregrinos de Argelia que se pirran por caminar en invierno: «Esto es genial sin calor ni gente»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Nacima y Zinu, que viven en Argel, este jueves, en Pontevedra, haciendo el Camino de Santiago.
Nacima y Zinu, que viven en Argel, este jueves, en Pontevedra, haciendo el Camino de Santiago. María Hermida

Llegan a cuentagotas. Pero llegan. Son los caminantes que huyen del estío y que lo único que echan de menos es que no haya más bares abiertos para comer

26 ene 2024 . Actualizado a las 17:03 h.

Ocho de la mañana, el termómetro mostrando su mejor cara y Nacima y Zinu que enfilan sus pasos hacia la Peregrina. Además del atuendo deportivo, llevan encima algo que les identifica claramente como peregrinos: dos macutos enormes a sus espaldas. Efectivamente, están haciendo el Camino Portugués. Y no es casualidad que hayan venido a caminar hacia Compostela en pleno invierno. Ellos, que son argelinos y viven en Argel —ella tiene la doble nacionalidad, argelina y española— se confiesan como andarines de invierno por convicción. ¿Por qué? «El Camino es genial sin calor ni gente». Esa cuestión, sobre todo la de huir de los períodos con mayor masificación, es la que atrae a quienes se ponen la mochila en estos meses, tal y como constatan en los albergues. ¿Son muchos? No. Pero sí suficientes para que algunos albergues privados ya no se planteen cerrar en todo al año o, si lo hacen, que dejen parte de las habitaciones operativas.

Volamos a Nacima y Zinu. Son amigos y amantes de las excursiones de senderismo. Fue ella, que vivió en Barcelona durante un tiempo, la que descubrió el Camino el pasado año, cuando hizo la ruta entre Santiago y Fisterra. En esta ocasión eligieron el Camino Portugués por el atractivo de cruzar así dos países. Se pusieron a andar el día 16 de enero, tuvieron un par de jornadas de lluvia y ahora agradecen las temperaturas primaverales con las que se toparon en las Rías Baixas. De todas formas, señalan que aunque hiciese mal tiempo les compensaría igual haber venido en invierno: «No nos gusta ir de vacaciones cuando está todo el mundo, es un privilegio poder caminar pensando en tus cosas, sin apenas cruzarte con nadie», insiste Nacima. Ella es cooperante internacional y él trabaja en una petrolera. El único pero que le ponen a hacer el Camino de Santiago en invierno es la falta de servicios hosteleros: «Entre Tui y Baiona no encontrábamos nada para comer. Está casi todo cerrado ahora mismo, eso sí que es un poco fastidio», cuenta esta mujer. Luego, ambos siguen ruta hacia Caldas. 

«Tenemos 16 camas ahora»

Que haya peregrinos todo el año, aunque sean a cuentagotas, hace que los albergues mantengan la actividad, aunque sea mínima. Jesús Fariña es un veterano en estas lides. Responsable del albergue Doña Urraca y de dos pensiones en Caldas, indica que aprovechan esta temporada para hacer obras de ampliación, pero dejan cuartos operativos porque sí reciben peregrinos a lo largo de todo el año: «Tenemos 16 camas disponibles y más o menos todos los días llegan entre cinco y diez personas. Justo antes de la Navidad y del Fin de Año notamos un arreón, porque era gente que quería llegar a Santiago en estas fechas tan señaladas, y ahora volvió a bajar un poco», explica desde Caldas. Señala que en invierno es más habitual que vengan extranjeros que caminantes nacionales.

Desde Pontevedra, Tino Lores, presidente del colectivo Amigos do Camiño Portugués, habla en una la línea. Señala que al albergue municipal llegan también como mucho diez personas cada día. Y dice que, como suele pasar cada año, las cifras comenzarán a desbordarse a partir de marzo. ¿Cómo son las previsiones para este ejercicio? «Son buenas. De todas formas, el año pasado pasaron 150.000 peregrinos por Pontevedra, que son muchos. Igual no es necesario aumentar cada año», avisa Tino Lores.

Grupos de hasta 300 peregrinos reservan ya para este verano y contratan camas y también cáterin 

Las llamadas de grandes grupos de peregrinos para hacer reservas para el verano están ya en marcha. Algunos continúan intentando que les abran pabellones para poder dormir, pero lo cierto es que esta práctica está ya jubilándose en casi todos los concellos, empezando por el de Pontevedra. Señalan distintas fuentes ligadas al Camino de Santiago que, si bien al principio, cuando se estaba en plena promoción de lar ruta portuguesa tenía sentido ofrecer alojamiento en polideportivos a grandes grupos para que conociesen esta vía, ahora la oferta de alojamientos privados es tan potente que no es necesario abrir los pabellones. Lo que sí se está haciendo es que la iniciativa privada se pone de acuerdo para dar cabida a esos grupos tan masivos de caminantes.

En Caldas crearon un grupo de WhatsApp un total de 22 alojamientos y a través de él se ponen de acuerdo para cederse camas unos a otros y compartir clientela. Jesús Fariña, del doña Urraca, señala que tienen ya una reserva potente para este verano. Se trata de un grupo de 300 personas ligado a una universidad de Madrid que se quedarán tres noches seguidas en Caldas, ya que establecerán ahí su puerto base en la ruta hacia Compostela. Vendrán a finales de junio, se repartirán en varios locales de la villa y se les va a dar también cáterin, que es un servicio que cada vez contratan más los peregrinos. Otro colegio de Madrid también reservó ya 369 plazas de alojamiento para este estío.