Ponte Caldelas celebra su fiesta multicultural desde hoy hasta el día 14 en la que incorpora diversas comidas del mundo
12 jul 2024 . Actualizado a las 19:56 h.Gloria vivió cuatro años en Italia, y durante su estancia allí estuvo dos meses en Grecia, donde conoció la comida de este país que le parece «ideal para este tipo de eventos». Como ella, cientos de gallegos abandonan Galicia con la promesa de regresar. Argentina, Italia, Francia, Ecuador… Estos son algunos de los países que recibieron a los gallegos con los brazos abiertos y en los que estos aprendieron nuevas recetas. Desde 2016, todos los veranos, se celebra la Festa Gastronómica do Emigrante, un tributo a la cocina que los gallegos trajeron consigo, donde cada plato es «un pedazo de historia», un «puente entre pasado y presente», como explica el propio Concello de Ponte Caldelas en el vídeo promocional del evento. Este año tendrá lugar los próximos días 12, 13 y 14 de julio, y en él habrá platos brasileños, ecuatorianos, griegos, mexicanos, belgas, italianos, alemanes, y, por supuesto, gallegos, acompañados de una bebida a un precio de seis euros.
De Grecia a la mesa
El cáterin Gloria Domecq servirá comida griega que permitirá a sus clientes comer «casi de pie». Gloria Domenic, la cocinera, va a preparar dos tipos de «kebab souvlaki»: uno de pollo y uno de ternera, adobados con una salsa griega típica y muchas hierbas aromáticas. También ofrecerá un plato vegetariano de berenjena a la brasa con queso feta.
Estas nuevas recetas, que aprendió durante su estancia en Grecia, le aportaron ideas que la ayudaron a salir del «abecé que puede ser la cocina gallega a veces». Gloria descubrió que, en el país helénico, lo más importante son «los sabores, los aromas, las especias». Los platos que ofrece aportarán a quien los pruebe «mucho frescor», siendo ideales para el verano. No es la primera vez que Gloria participa en este festival, y admite que este tipo de plato «suele tener mucho éxito».
Italia es sinónimo de pizza
«Cuando la gente piensa en Italia, piensa en la pizza», explica Luis Duarte, dueño del restaurante italiano Quattro in Piazza, «es comida de calle, fácil de comer de pie».
Luis se fue a Italia, concretamente a Florencia, para un año sabático, y terminó quedándose allí cinco años. Nunca se había dedicado a la hostelería, pero empezó de ayudante y terminó de encargado de un restaurante. «Me gustaba, se me daba bien, pero la tierra tira y quise volver a casa». Su primera idea fue abrir una vinoteca en Vigo, pero los alquileres «estaban muy caros, como si estuviera en Manhattan». La pandemia lo dejó en standby. Cuando se despejaron las restricciones empezó a tener ganas de ir a un buen italiano, pero no encontraba ninguno que supiera igual que los que había probado en su estancia en Italia. «Pensé: mi hermano es chef, yo sé hacerlo, ¿por qué no?». Han pasado tres años desde que abrieron el local y se están asentando. «Vine con la idea de hacer comida italiana real en un sitio donde está muy masticada de otro modo, hacemos un poco una labor educativa».
En el puesto de Luis, al igual que en su restaurante, no habrá pizza con piña, ni carbonara con nata, «es como decir que al cocido gallego se le ponga chocolate», pero sí pizzas con materia prima italiana (harinas, burratas, mozarela...), unos ricos arancini e incluso, para los más golosos, unos cannoli sicilianos. Todo facilidades para comer de pie.
Lo que es seguro es que nadie se va a quedar con hambre y que los platos dejarán a los clientes con muy buen sabor de boca.