Río Verbena Fest, el lugar donde la música no deja de fluir y que enganchó a Dani Fernández
PONTEVEDRA
El festival, en marcha en la ciudad de Pontevedra, arrancó el viernes con exitazo de público y con el cantante de Bailemos subiéndose hasta en dos ocasiones distintas al escenario. La mecha sigue este sábado
24 ago 2024 . Actualizado a las 20:23 h.Eran las cinco y media de la tarde de este viernes cuando los primeros asistentes al Río Verbena Fest se sumaban a la cola para entrar al recinto ferial de Pontevedra. «Yo vengo a ver a Mikel Erentxun», decía una de esas festivaleras tempraneras, Julia Vázquez, nerviosa antes de entrar. Esther Blanco se mostraba también emocionada en los primeros momentos de esa tarde: «Mikel Erentxun, Siloé, Dani Fernández… ¡De hoy me gustan todos!»
Aún hubo que esperar para ver al cantante donostiarra. Para esos momentos de nervios antes de ver a toda una estrella como es Erentxun vinieron muy bien Joana Romero, quien abrió el festival con su pop ligero, y Four Passengers. Tras estos, Son das Tabernas invocó el nombre del festival enlazando clásicos gallegos.
El concierto de Erentxun empezó con la alegría sumada de la victoria del Celta en su aniversario. Además de la música, los fanes también vibraron con los goles del equipo celeste. Aunque, siendo justos, tampoco hacía falta ninguna buena noticia futbolera para animar a los asistentes: el vasco demostró sus tablas y encandiló a un público formado tanto por sus fans, ya experimentados, como por seguidores de artistas que vendrían después, que acabaron sorprendidos de la cantidad de canciones con el sello Erentxun que conocen.
Mikel no dirigió apenas una palabra al público, más allá de un saludo de cortesía y su debida despedida: no tenía mucho tiempo, y no hace falta hablar si uno puede cantar. Apuntó con la guitarra al público y los más fieles ya sabían lo que se venía: Cartas de amor (cuando no hay amor). Pero esa misma intuición también acompañó a aquellos que creían que no conocían, a priori, la música de Erentxun, por lo menos en dos ocasiones: con los primeros acordes de Cien gaviotas, y con los primeros segundos de melodía de En algún lugar. Con ellas cerró su actuación.
Llegó entonces el turno de Siloé, y la gente se desplazó corriendo al recinto de enfrente, el escenario La gramola, pues los conciertos en esa primera jornada del festival empezaron con estricta puntualidad. Nada más comenzar a tocar, el grupo vallisoletano tuvo un apagón de luces, lo que hizo que tuviese que abandonar el escenario momentáneamente. Por suerte, el problema se solucionó y pudieron retomar su concierto por el tiempo que les quedaba, sin que hubiera reajuste de horarios. Finalmente, sus fans se fueron satisfechos y, sin duda, con una anécdota que contar en el futuro. En el presente, tocaba darse de nuevo la vuelta y recorrer a toda prisa, pues venía uno de los platos fuertes del día.
A las 22.15 horas, Dani Fernández se subió al escenario con Dile a los demás para llenar de energía a todos los que lo esperaban. La música contagió al joven manchego que, como siempre, se dejó la piel en el escenario con éxitos que repasan su carrera en solitario, desde su primer Te Esperaré toda la vida, pasando por sus Disparos y su Clima tropical, hasta sus dos canciones más recientes Todo cambia y Criminal, que formarán parte de su nuevo disco que saldrá a la luz en octubre. Hubo mucho baile, pero también momentos especiales como cuando le dedicó a su hija Belice la canción que le compuso: Solo tienes que avisar. También Si tus piernas, la canción que más disfruta él sobre el escenario tal y como contó en una entrevista hace unos días, emocionó a la multitud e hizo que a más de uno se le saltaran las lágrimas. Antes de terminar, le rindió su sentido homenaje a Supersubmarina con su versión de la canción de este grupo que lleva su mismo nombre. Y para cerrar su concierto, Bailemos. Un tema que puso a saltar, gritar y bailar a todos los asistentes, que se dejaron la garganta para cantar hasta el último acorde.
Tras ese hit radiofónico que supone Bailemos, el cuerpo pedía más pop. Como guiado por la necesidad de melodías pegadizas, buena parte del público (muchos se quedaron esperando a Viva Suecia) se dirigió hacia la otra mitad del recinto ferial de Pontevedra, donde esperaba Vicco. A la barcelonesa le encanta la cultura pop, y lo demuestra introduciendo en todas sus canciones referencias, musicales o textuales, a estrellas de décadas pasadas: Britney, Las Ketchup, El sueño de Morfeo... Incluso incluye en su directo una versión de Pop de La Oreja de Van Gogh que, en un acto de extrema autoconciencia, parece que se canta a sí misma: Vicco tiene mucho talento, mucha presencia escénica y bastante gracia, pero, sobre todo, «un montón de ilusión». Su concierto lo terminó con su último single, Engatusao, que le ofrece a Vicco un nuevo camino que explorar alejado por fin de la nostalgia; y, cómo no, con su ya clásico Nochentera, ese momento que todo el Río Verbena esperaba y que no decepcionó a nadie.
Con ese buen sabor a piruleta que deja toda buena canción popera en la boca de quien la escucha, una multitud impresionante de gente se agolpó en el escenario principal para ver a Viva Suecia, el otro cabeza de cartel, uno de esos grupos relativamente fáciles de ver, pero que nadie se quiere perder cuando tiene la oportunidad. Tras diez años de carrera, la banda tiene repertorio para elegir. Sus fans, sin rechistar ante esas elecciones, corearon cada canción e incluso tuvieron sorpresa: Dani Fernández todavía tenía ganas de más y se unió a ellos para cantar Lo Siento, la colaboración que tienen juntos.
El último relevo de la primera jornada lo cogió el pinchadiscos pontevedrés Michenlo, quien puso al Río Verbena a bailar de dos a tres de la madrugada. Si bien hubo gente que lo dio todo hasta el final, pues la noche pontevedresa, como es bien sabido, no tiene límites, los más precavidos se recogieron un poco temprano: si el cuerpo resiste, el Toda la noche en la calle se cantará este sábado a pleno pulmón en la segunda jornada del festival, de la mano de Amaral. Y después ya, que venga lo que quiera.