Once años de cárcel por intentar asesinar a cuchilladas a su expareja: «Solo quiero verte morir»
PONTEVEDRA
El ataque se produjo en un «contexto de celos y de sentimiento de posesión»
16 ene 2025 . Actualizado a las 09:06 h.Aseguró que cuando arremetió contra su expareja cuchillo en mano no tenía intención de acabar con su vida, así como sostuvo que el ataque se produjo en «un momento de rabia». Sin embargo, ninguno de ambos extremos fue tenido en cuenta por la Audiencia de Pontevedra, que ha condenado a once años y tres meses de prisión al joven colombiano que, en abril del 2023, intentó asesinar a cuchilladas a quien había sido su pareja sentimental y con la que, a pesar de haber roto ya la relación, convivía en el barrio de Monte Porreiro. La pena de cárcel lleva, asimismo, aparejadas veinte años de alejamiento y prohibición de comunicación, y diez años de libertad vigilada.
Además, las magistradas de la sección cuarta imponen a Hugo F. noventa días de trabajos en beneficio de la comunidad y privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante otros dos años, así como tres años de alejamiento, por acoso. Las penas se completan con un multa de 1.350 euros por hurto.
La sentencia establece que el intento de asesinato fue el colofón a una situación hostigamiento por parte del acusado, que no aceptaba «bajo ningún concepto la ruptura» sentimental, a la víctima. De este modo, con el objetivo de «retomar la relación, así como de perturbar la paz y tranquilidad de esta, comenzó una estrategia sistemática, persistente y continuada de asedio».
A este respecto, la Audiencia incide en que, a pesar del expreso rechazo de quien había sido su pareja, Hugo F. se empeñaba en acompañarla al trabajo y la esperaba a la salida del mismo, la perseguía con frecuencia por la calle y en el autobús, pero también controlaba los lugares a los que la joven acudía, las compañías que frecuentaba y sus conversaciones telefónicas. A todo esto se suma que, cuando ambos se encontraban con terceros, el acusado actuaba como si continuasen siendo pareja.
En cuanto al hecho de convivir en el mismo, las magistradas tienen claro que obedecía a la misma estrategia de imponer su presencia en la vida de la víctima, de tal modo que «se negó a abandonar el domicilio». Y todo ello pese a «los retirados y constantes requerimientos efectuados por [la mujer] e, incluso, por la hermana de esta para que abandonara la vivienda», añade la resolución que es recurrible en apelación ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
Lo cierto es que este modus operandi provocó que la denunciante se viese obligada a cambiar muchos de sus hábitos hasta el punto de que comenzó a evitar el tener que acudir a la vivienda, retrasando la llegada a la misma o, incluso, instando a sus familiares a que la acompañasen.
El ataque
Y fue «en ese contexto de celos y de sentimiento de posesión» que se produjo el intento de asesinato. Poco antes de las siete y media de la tarde del 29 de abril de 2023, Hugo F. accedió a la vivienda y cerró la puerta con llave para «evitar que pudiese huir del domicilio». Acto seguido, ocultando un cuchillo en el interior de la manga de la sudadera que vestía, se aproximó a su expareja y comenzó a «reprocharle que se estuviese arreglando para salir con otro hombre», apunta la sentencia.
De este modo, se abalanzó sobre la víctima comenzando a lanzarle puñaladas dirigidas hacia el cuello, llegando a alcanzarlo en una ocasión. En un momento dado, la joven logró coger el cuchillo por el filo, al tiempo que intentaba que su atacante se calmase suplicándole que llamase a una ambulancia. La respuesta de este último fue que «solo quería verla morir y que se iban a ir juntos».
De cualquier modo, la joven logró huir del dormitorio dirigiéndose a la puerta de la vivienda, comprobando entonces que estaba cerrada. Allí la alcanzó Hugo F. y se inició un forcejeo entre ambos, si bien finalmente la primera logró abrir la puerta y salir del piso, donde fue auxiliada por un vecino alertado por los gritos.
El acusado entonces huyó del domicilio, si bien previamente sustrajo 350 euros.
Como consecuencia de la agresión, sufre secuelas por trastorno de estrés postraumático y un perjuicio estético derivado de las cicatrices en base del cuello y mano derecha. La Audiencia ha establecido que el acusado la indemnice con 60.000 euros, así como también se le condena a abonar 5.140 euros al Sergas por las asistencias sanitarias prestadas.
De igual modo, en la sentencia se establece que la totalidad de las medidas de alejamiento impuestas al acusado serán controladas mediante la colocación de un dispositivo telemático de detección de proximidad.