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Santiago Agustín, Pablo Manuel Campanario. Augusto Moreno De La Santa, Jorge Romanillos (4), Víctor Morales (1), Francisco José Ruiz, Daniel Palomeque, Santiago Alejo, Adrián Trancón, Ángel Pérez De Inestrosa (7), Sergio Casares (2), Carlos Ocaña, Jorge Felipe Fernandes (5), Óscar Ruiz, José Andrés Torres (6), Alejandro Díaz (3).
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Bruno Vázquez (3), Xoán Fernández (1), Manuel Lorenzo, Iago Costas (5), Víctor Fernández (1), Javier Vázquez (1), Iván Calvo, Abián Rodríguez, Diego López, André De Moura (1), Daniel Virulegio (1), Mateo Arias (2), Carlos Morales, Marko Ojeda (1), Alberto Delgado (4), Roney Bengivenga Franzini.
ÁRBITROS: Alberto Murillo Castro, Pablo García Sánchez.
Salida complicada la que le tocaba afrontar al Cisne, que visitaba al líder de la categoría, en un partido en el que los gallegos ofrecieron dos caras diferentes en el primer y segundo tiempo. Con esta derrota, los de Quiños continúan más cerca del descenso que del Playoff.
El Cisne salió muy metido al encuentro con una defensa asfixiante para los manchegos, conscientes de que tenía que estar concentrados al máximo para tratar de sacar puntos de la cancha del líder de la clasificación. Los primeros minutos fueron un constante ‘toma y daca’, con los de Quiños marcando el ritmo del partido, mientras el Caserío contestaba prácticamente de forma instantánea.
Con un tercio del primer tiempo cumplido, fue el Cisne el que pisó el acelerador y se pusieron con una ventaja de hasta tres goles, con un 4-7 con unos grandes Bruno Vázquez y Roney. Esta diferencia obligó al equipo manchego a solicitar un tiempo muerto que les sirvió para reducirla al máximo, aunque gracias al propio Roney con paradas importantes, el Cisne se mantenía a la cabeza.
No fue hasta los últimos cinco minutos cuando el Caserío volvió a empatar el partido, e incluso se fue por delante al descanso con una ventaja mínima (14-13).
Los primeros minutos de la segunda parte fueron de los locales, quienes dieron un paso adelante y colocaban la mayor diferencia en el marcador con un parcial de 5-1 que ponía el +5 de diferencia. Con el ecuador del segundo tiempo cumplido, esta distancia se mantenía, por lo que sacar puntos del feudo del líder estaba ya realmente complicado.
Los de Quiños buscaron apretar para entrar en la recta final del partido con opciones de rascar algo, pero los locales no soltaban la diferencia y se mantenía con una cómoda ventaja. En los últimos instantes, los pontevedreses se dejaron llevar ya conscientes de que se les había escapado el encuentro, y la bocina sonó con el 28-23 en favor del Caserío.