
Los 208 militares gallegos allí destinados festejaron el día con morriña
28 jul 2025 . Actualizado a las 19:16 h.Más de un milenio atrás quedó grabada en la memoria de España la imagen de un hombre que, a lomos de un caballo blanco, instó a las huestes ibéricas a múltiples victorias en una península aún por reconquistar. Aquel «Caballero de la cruz bermeja», como lo describe Cervantes en El Quijote, se convertiría, en el siglo XVII, en el santo defensor del país. Este patronato acogió bajo su protección, además, a la tierra donde se le dio sepultura al apóstol y a los jinetes a los que alentó a luchar por su patria. El pasado viernes, 25 de julio, en territorio eslovaco, se celebró el festivo del patrón de España, de Galicia y del Arma de Caballería del Ejército de Tierra. A cinco kilómetros de Pontevedra, en Figueirido, se asienta la Base General Morillo del Ejército de Tierra, donde se encuentra el Cuartel General de la Brigada Galicia VII, más conocida como la Brilat.
Esta unidad del Ejército está organizada, equipada y adiestrada para desplegarse rápidamente allí donde se le requiera. Así pues, el 16 de diciembre del año pasado, el general jefe de la Brilat, Alfonso Pardo de Santayana, asumió el mando de la misión de la OTAN en Eslovaquia, siendo España la nación líder de la Brigada Multinacional Task Force Eslovaquia. Actualmente, en la Base de Riecky, en el municipio eslovaco de Le?t, se encuentran desplegados alrededor de mil doscientos militares de los distintos países que componen la brigada, de los cuales ochocientos son españoles y 208, gallegos. Es debido a esta afluencia que la unidad ha decidido conmemorar el patrón de su tierra y de su oficio organizando una serie de actividades tanto deportivas como culturales con el objetivo de «compartir nuestras tradiciones con el resto de países aliados que forman esta brigada», como explica el capitán David Menéndez, Oficial de Asuntos Públicos.
Desde una competición de crossfit hasta juegos de dardos y otros pasatiempos, este 25 de julio ha reinado un ambiente festivo en la base de la OTAN. Ante tales escenas de celebración, los militares gallegos allí desplegados recibieron el homenaje a su patrón con mucha ilusión. «Es una manera de celebrar una tradición vinculada a sus raíces», explica el capitán. Más allá de estas actividades lúdicas, también se ofició una misa de campaña para todo aquel que quisiera conmemorar a Santiago Apóstol, además de un pequeño acto militar y un brindis con el objetivo de fomentar el compañerismo entre todos los allí presentes.
El primero de este mes, el coronel Ángel Espiga relevó al general Pardo de Santayana en la jefatura de la brigada. Asumir el mando de esta misión ha sido, en sus palabras, «el culmen» de su carrera profesional. La misión, como explica, «es eminentemente defensiva», con unos objetivos estratégicos claros de disuasión a través de una presencia militar sólida en la región, desincentivando así cualquier posible agresión. Todo ello enmarcado en la protección y la seguridad del conjunto de Europa, por la que velan las Fuerzas Armadas de la Alianza Atlántica. Así pues, las tareas que llevan a cabo buscan servir de garantía de paz, prosperidad y seguridad para la sociedad eslovaca, cuyo territorio linda con Ucrania, actualmente en guerra con Rusia desde 2022. Para ello, la brigada está conformada por ocho grupos de combate multinacionales aportados por España, la nación líder, y por los otros países de la OTAN que participan en la misión: la propia Eslovaquia, Eslovenia, Portugal y la República Checa.
A pesar de que la brigada debe seguir «unos estándares muy demandantes» y alcanzar «un nivel de disponibilidad muy exigente», como explica el coronel, los militares españoles allí desplegados han demostrado «que son capaces de asumir retos de esta dificultad», lo que, sin duda, «es una verdadera satisfacción». Se trata de «gente que está trabajando de manera alegre y continua todos los días y eso se refleja en el espíritu de compañerismo que vemos aquí a la hora de trabajar», añade.
Descrita como «puntera», la Brilat cuenta, además, con «una larga experiencia en despliegues internacionales», destaca el coronel, añadiendo que «es una de las brigadas que alcanza siempre, año tras año, uno de los niveles de preparación de adiestramiento más altos del Ejército de Tierra». «El desempeño de la Brigada Galicia está siendo excepcional», incide, «y ha demostrado que tiene las capacidades, los conocimientos y la disposición para asumir las misiones que se le encomiendan».
Además de los complejos aspectos estratégicos de la misión, en lo que respecta a la logística, la Brilat ha podido contar con el apoyo de otra unidad gallega, que está localizada en A Coruña. Se trata del Centro de Apoyo Logístico Operativo -CALOG-OP-, que les suministra los recursos necesarios para que puedan llevar a cabo sus actividades diarias sin dificultades. Gracias a estas ayudas y al trabajo de la brigada, este 25 de julio, Día de Galicia, pudieron festejar en tierras tan lejanas el día de aquel al que apelaba el Cid antes de emprender la conquista de Valencia, de aquel que descansa bajo el altar mayor de la catedral que lleva su nombre, nombre que gritaban al unísono los jinetes españoles en su lema ¡Santiago y cierra, España!
En el día de su patrón, los militares gallegos recuerdan a sus familias y su tierra
En festivos como estos, que conmemoran la tierra natal, ciertos detalles afloran a la memoria. «La llegada del simple paquete que te manda la familia con todo el cariño del mundo, la llamada que podemos hacer todos los días al terminar nuestra jornada para hablar con nuestros seres queridos…». Todo esto recuerda la sargento primero Cerdeira, natural de Pontevedra. Y es que, como dice la soldado Barragáns, de Ponte Caldelas, «al final uno nunca se acostumbra a estar lejos de la familia». Así, con motivo de fechas como la de este pasado viernes, la sargento primero quiso enviar un mensaje cariñoso a su familia: «Les mando un abrazo enorme y el mismo ánimo que me mandan a mí para seguir».
La soldado Barragáns, por su parte, también se acordó de sus seres queridos, a los que asegura «que estoy bien, que estén tranquilos, que estoy aquí con mi segunda familia». Igualmente, el sargento Diéguez se sumó a estos mensajes mandándole un fuerte abrazo a su familia, a su pareja y a sus amigos. Pero el recuerdo de los que quedan en casa no es lo único que añoran al estar lejos del hogar.
«Morriña gallega»
El suboficial mayor Pedro Villacampa, otro de los gallegos allí destinados, explica que «aunque muchos somos veteranos ya de otras misiones y hemos celebrado este patrón fuera, el hecho de que aquí haya más de 200 soldados de Galicia hace que aflore la morriña gallega». La sargento primero comenta que, aunque lo que más se eche en falta sea la familia, «la tierra, la comida, el mar y las playas de Galicia» también son motivo de nostalgia.
Así pues, el acto de este 25 de julio, presidido por el coronel Espiga, les permitió juntarse y celebrar una fiesta muy querida por todos. «Nos sentimos muy arropados por la sociedad gallega», destacó el suboficial mayor, «sentimos muy valorado nuestro trabajo y desde aquí también queremos felicitar a todos los gallegos que celebran este día igual que nosotros, con ilusión pese a la distancia».
Finalmente, el coronel Ángel Espiga quiso hacer una mención especial a todas las familias del personal que está allí desplegado esta temporada. «Sabemos que es duro para ellos», dijo, «pero pueden estar tranquilos, que aquí la gente está en muy buenas condiciones, trabajando duro pero contenta porque hay un ambiente de familia».