La tapería precintada en Combarro también fue suspendida por Sanidade

A. Davila POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

Momento en el que el local fue precintado en Combarro
Momento en el que el local fue precintado en Combarro CONCELLO DE POIO

El alcalde, Ángel Moldes, desvela que en una inspección se detectaron deficiencias higiénico-sanitarias

14 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El episodio del precinto de la tapería ubicada en Combarro ha sumado un nuevo capítulo. Tras la orden de cierre, comunicada previamente a la propietaria, el establecimiento fue objeto de una inspección sanitaria el pasado fin de semana, cuyo resultado fue desfavorable. Cabe destacar que, a pesar del precinto ejecutado el viernes por la mañana, el local permanecía abierto y con clientes en la terraza.

El establecimiento se enfrenta ahora a una doble infracción. En primer lugar, según fuentes municipales, operaba sin la correspondiente licencia de actividad y acumulaba numerosas denuncias vecinales por molestias reiteradas y ocupación indebida de espacio público. A estos incumplimientos se suman ahora deficiencias estructurales y higiénico-sanitarias detectadas durante la inspección realizada por el departamento de Sanidade, que subrayó la necesidad de proceder al cierre sanitario del local

Consultado sobre el asunto, el alcalde de Poio, Ángel Moldes, recordó que la problemática con este establecimiento viene de lejos: «Este es un expediente que se inicia ya en el 2015, donde la propietaria sabe perfectamente que incluso tendría serias complicaciones para demostrar que es la propietaria, porque hay un proceso judicial abierto con su propia familia donde se le reclama la propiedad del establecimiento. Se habla incluso de una sentencia que es desfavorable a los intereses de esta persona», recordó el alcalde.

La intervención sanitaria se produjo tras una solicitud expresa del Concello, que había manifestado su preocupación por el posible riesgo que el establecimiento representaba para la salud pública. Los resultados de la inspección confirmaron las sospechas, lo que motivó la suspensión cautelar de la actividad por parte de las autoridades competentes. «A nosotros lo que nos preocupa es poner en peligro a los clientes de este establecimiento. Al final quedó demostrado con el paso de los días que nuestra desconfianza era lo que pensábamos», recalcó Moldes.

Actualmente existe un procedimiento judicial abierto que determinará los plazos y condiciones para resolver la situación. Desde el Concello de Poio se subraya que se están siguiendo todos los cauces legales para garantizar que el local se ajuste a la normativa vigente. «Legalmente, a efectos sanitarios, su actividad está cerrada», insistió Ángel Moldes. Pese a ello, la propietaria decidió romper el precinto y seguir recibiendo clientes en el local. «Ahora hay dos días abiertas: la vía judicial, y la vía administrativa. Nosotros empezamos ahora con las acciones coercitivas que van a ir diariamente y en incremento», puntualizó el regidor poiense.