Boticarias que dan vida a concellos rurales

María Hermida
maría hermida REDACCIÓN / LA VOZ

CERDEDO-COTOBADE

RAMON LEIRO

Compraron farmacias en términos pequeños, en Rodeiro, Cerdedo-Cotobade y Campo Lameiro, y dicen con una sola voz: «Non hai clientela máis fiel cá nosa nin mellor calidade de vida»

04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Al boticario lo define el diccionario como la persona legalmente autorizada para ejercer la farmacia. Pero si los académicos de la lengua conociesen a las farmacéuticas que pueblan los concellos del rural pontevedrés igual añadían algo más. Y señalaban que son mujeres —puede que haya también boticarios rurales hombres, pero ellas son mayoría— que dan vida a los concellos rurales donde han comprado sus farmacias. Es el caso de Patricia Lobelos y Sofía Lorenzo, que tienen sus boticas en el municipio de Cerdedo-Cotobade, de Clara Casares, que compró la farmacia de Campo Lameiro y de Irma López, que tomó las riendas de la botica de Rodeiro. Con unas u otras palabras, en castellano unas y en gallego otras, todas pronuncian una frase: «Claro que compensa investir aquí, non hai clientela máis fiel que a nosa», señalan.

IRMA LÓPEZ

«O rural é calidade de vida». La más veterana en cuanto a comprar una farmacia en el rural es Irma López, de Rodeiro. Ella es de Rodeiro, el pueblo al que llegó de pequeña porque su padre fue médico allí, por muchas razones. Pero, sobre todo, por convicción: «Tiña seguro que quería vivir no rural e, a poder ser, en Rodeiro». Hace ocho años adquirió la única botica de este municipio —que tiene 2.260 habitantes y está ubicado en el interior de la provincia pontevedresa— y, aunque reconoce que los inicios no fueron fáciles, está feliz con la decisión tomada: «Aquí traballamos de ti a ti, coñeces a cada un dos teus pacientes e iso permíteche axudarlles e orientalos». A Irma, de 45 años y madre de un niño pequeño, casi le ofende la pregunta sobre si vive en el mismo lugar en el que trabaja: «¡Por suposto! O rural é calidade de vida», indica. La mejor muestra de su implicación con el entorno, además del entusiasmo con el que habla, son todas las causas en las que está metida, desde ser presidenta de una asociación cultural a directiva de la asociación de padres.

clara CASARES

«Fixen as prácticas en Madrid e logo xa traballei no rural, non hai cor». Unos kilómetros más hacia al sur de la provincia, en Campo Lameiro, la farmacia también es propiedad de otra mujer que apostó por el rural. Se llama Clara Casares, tiene 33 años, es de Vilagarcía y hace dos que compró la botica, que anteriormente regentaba una familiar suya, una tía a la le agradece la pasión que le inculcó por el mundo de la farmacia y que le hizo soñar con ser boticaria. Trabajó primero como empleada en el local que luego adquirió y pronto descubrió que le tiraba mucho trabajar en un concello pequeño donde cada cliente tiene nombres y apellidos: «Eu fixen as prácticas en Madrid e despois pasei a traballar no rural... non hai cor. Aquí a clientela é tan agradecida, tan fiel... créase complicidade». Clara cuenta un ejemplo entrañable: «Temos a unha señora que se mudou a Pontevedra e que, antes de ir á farmacia alí, nos chama para consultarnos o que ten que mercar. É algo moi bonito e moi de agradecer esa confianza coa que nos trata todo o mundo», indica.

patricia lobelos

«Lo que me atrajo a Carballedo es que el ritmo de vida aquí es distinto». Patricia Lobelos, natural de Camelle (Camariñas), se lanzó a invertir en una farmacia en el 2022. Compró la botica de Carballedo (en Cerdedo-Cotobade) tras una larga experiencia laboral en la ciudad de A Coruña. Es decir, además de pasar de asalariada a jefa, cambió un entorno totalmente urbano por otro bien diferente, el rural. Se confiesa encantada: «Surgió la oportunidad de comprar y me pareció una ubicación ideal, cerca de Pontevedra —donde de momento está residiendo, aunque no descarta que acabe mudándose también a un municipio rural— y a la vez en un concello pequeño. Lo que me atrajo a Carballedo es que el ritmo de vida aquí es distinto, más pausado... hay calidad de vida», insiste. ¿Además de calidad hay rentabilidad? «De momento, es muy pronto para que pueda decirlo, ya que no hace tanto tiempo que compré la farmacia. Es un negocio distinto al urbano. Por ejemplo, no puedes tener un stock tan grande de productos de parafarmacia. Pero de momento estoy muy contenta», indica.

sofía lorenzo

«No hay clientela más fiel. Igual bajan al médico a Pontevedra, pero vienen aquí a por el tratamiento». Sofía Lorenzo compró la farmacia de Tenorio (Cerdedo-Cotobade) en el 2023. Natural de POntevedra, antes se había mudado ya al municipio de Cotobade, a la parroquia de San Xurxo de Sacos y había empezado a trabajar como asalariada en la botica que luego adquirió. Como sus homólogas en otros concellos pequeños, Sofía defiende a capa y espada la calidad de vida que le aporta vivir y trabajar en un municipio pequeño y rural: «Tengo a mis hijos al lado en la escuela infantil o en el colegio, tengo la casa cerca. Sin duda, me quedo con el rural», indica. Luego, habla sobre si es rentable apostar por adquirir una botica en un momento en el que Galicia se desangra demográficamente las zonas más rurales: «Es cierto que en muchos sitios la población envejece pero mi sensación es de que podemos atraer a muchos jóvenes y, de hecho, noto movimiento de algunos. En cuanto a la clientela... es que no hay clientela más fiel que esta. Estoy muy agradecida porque muchas veces igual bajan al médico a Pontevedra, pero vienen aquí a por el tratamiento», señala. Dice que hay que adaptar el negocio a las necesidades de la zona y que, por ejemplo, en Cerdedo-Cotobade dispensa muchos medicamentos de uso veterinario. Sofía lidera un equipo de tres personas, dos farmacéuticas y una auxiliar. Coincide con el resto de las boticarias consultadas en tener equipos completamente femeninos y está encantada: «Nos sentimos muy a gusto trabajando aquí, es muy agradable».