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El piloto andorrano, Albert Llovera, apadrina el RallyMix Cuntis Vila Termal y aprovechará la visita para impartir a los jóvenes su superación
02 mar 2018 . Actualizado a las 05:05 h.«Siempre intento apuntar más arriba, aunque no sea el mejor quiero decir que he competido con los buenos, prefiero ser el peor de los buenos, que el mejor de mi pueblo. A mi que me pasen lista los mejores». El piloto Albert Llovera no tiene límites. No los tenía cuando con 17 años participó en los Juegos Olímpicos de Sarajevo y no los tuvo después de sufrir un brutal accidente esquiando en el Campeonato de Europa que le obligaría a pasar el resto de su vida en silla de ruedas. ¿Límites? Ninguno. Ayer apadrinó el RallyMix de Cuntis, adonde acudió dejando a un lado la última carrera la GSeries, el Campeonato de Hielo, en el que tenía opciones de vencer. «Aquí se respira un ambiente muy bueno, el año pasado no pude venir porque estaba en Italia, pero esta vez tenía que estar aquí», explica Llovera, que recuerda con humor cómo se tomó la primera vez que lo llamaron para participar en el Dakar. «Si yo soy de Andorra, soy de montaña, la arena no la he visto en mi vida, ni siquiera voy a poder bajarme para cambiar una transmisión», comenta con humor. Pese a ello se subió al coche y participó en la última prueba del Dakar que se celebraría en África, convirtiéndose en el único piloto del mundo que, conduciendo con las manos, pilotaba un coche de rali. Llegó hasta Mauritania y desde entonces tiene una vinculación especial con esta tierra. Como embajador de Unicef lucha por las mujeres y las personas con discapacidad en el país africano. «Ahí coges perspectiva de la realidad», aclara.
Ahora tiene un nuevo objetivo deportivo, competir en el Campeonato del Mundo de Rali Cros, que arranca en mayo, y para el que todavía busca financiación para poder asistir a las pruebas europeas, además de la que se celebran en Argentina y Kenia.
Charla sobre superación
Albert Llovera habla muy claro al asegurar que «la oportunidad que me ha dado la vida es ser un privilegiado y lo trabajo cada día para devolver ese privilegio al resto». Reconoce que lo que hace es un «estilo de vida, hago lo que me gusta y me pagan». Hoy transmitirá a los jóvenes de Cuntis esa filosofía de superación que transmite en muchas charlas que da con la Fundación Lo que de verdad importa de María de Villota. «Lo más importante es uno mismo, que pueda salir adelante, tengo una gran familia y unos amigos enormes que siempre han estado ahí», reconoce Llovera, que conserva ese núcleo duro de fortaleza, que no pierde pese al éxito deportivo. La prueba de los Mil Lagos, el Dakar, los Juegos Olímpicos o el Mundial son parte de la historia que forjó a este campeón, pero que lo mantiene con los pies en el suelo. «Tengo una lesión medular, pero tengo una discapacidad de privilegio», comenta Llovera, que el lunes viaja a Bilbao para trabajar junto a Sunrise Medical en el diseño de unas sillas de ruedas especiales para competición y de ahí a su casa a Andorra. Esta pasión y filosofía de vida le lleva a estar más de doscientos días al año fuera de casa. Es imparable y sobre todo inagotable. Viaja a Italia constantemente para diseñar junto a una empresa la mejor adaptabilidad de los vehículos a las personas con discapacidad.
Albert Llovera respaldará este fin de semana la segunda edición del RallyMix de Cuntis y aprovechará para que su forma de entender la vida ayude a crecer a los jóvenes cuntienses.