Sesenta años en el fútbol por vocación

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

MARÍN

CAPOTILLO

Fundó el Salgueiriños siendo adolescente y le dedicó toda su vida: «Me casé con el club, es mi familia»

26 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Menéndez no sabe lo que es tener un fin de semana de descanso desde que tenía 15 años. A punto de cumplir 75 el próximo noviembre, ha dado un paso a un lado en el Salgueiriños. Fundó el club pontevedrés cuando aún no había llegado a la mayoría de edad. Los chicos del barrios querían jugar un torneo en Marín y ahí se sembró el germen de una historia de amor al fútbol. Con la jubilación más que cumplida cede el testigo. No es un testigo cualquiera, es el legado de una vida. Mejor dicho, el legado de su familia. «Yo me casé con el club. Le dediqué toda mi vida, muchas más que a mi trabajo», explica Menéndez, que quizás ahora eche de menos haber formado una familia. En la balanza que se hace cada vez que algo se acaba, Carlos es contundente cuando reconoce que la suya es «de satisfacción».

No le ha sido fácil dar este paso, pero creyó que había llegado el momento cuando Óscar Guimeráns se acercó a él el pasado invierno para decirle que si quería un relevo, él estaría dispuesto a dar ese paso al frente. Fueron meses de dudas y de trámites para ceder a su «familia» a otro. «Tenía la necesidad de estar un poco más tranquilo, ahora tengo otras prioridades. Tenía miedo a que por cuestiones de salud pusiese dejar tirado al club en algún momento y eso sí que no lo quería», comenta Menéndez en un fin de semana en el que se le pudo ver en A Xunqueira.

En los últimos sesenta años ha estado en todos los partidos que el horario le permitía, incluso si eran lejos de Pontevedra. Ahora, que ha decidido echar el freno, todavía sigue cogiendo el teléfono del Salgueiriños. «Aún no están hechos todos los cambios», apunta con humor. En su despedida de los terrenos de juego no puede más que recordar cuando comenzó en 1963. «Tenía 15 años y en el barrio éramos un grupo de chavales jugando al fútbol. Se nos dio la oportunidad de apuntarnos en un torneo infantil en Marín», explica Carlos. Esa fue la primera vez que los chicos del barrio se ponían la camiseta de lo que más tarde sería el Salgueiriños.

Poco después, la delegación nacional de la Juventud creó la primera competición para el fútbol base. Ellos ya eran mayores y no podían anotarse, pero sí se inscribieron parte de los jugadores y Carlos Menéndez comenzó su andadura como alma del equipo. «Me detectaron una insuficiencia aórtica y no podía jugar, así que hacía de presidente, auxiliar, recogepelotas, enfermero, arregla botas y entrenador», bromea el que fue fundador y presidente del Salgueiriños hasta este verano. El club del barrio de A Seca se convirtió en su casa y él le dio los mimos de familia. Trabajaba en el estadio de la Juventud y el resto del día lo dedicaba al fútbol. «Nunca tuve un fin de semana libre, siempre intenté llegar a los máximos partidos posibles y cuando podía, siempre viajaba con el equipo», apunta Menéndez, que reconoce que le gustaba cuando dos de sus equipos coincidía en los campos de A Xunqueira porque así podía echar una mano a ambos entrenadores. Así es Carlos Menéndez, un hombre que lleva la camiseta roja del Salgueiriños tatuada en el corazón.

En estas seis décadas de dedicación tiene cientos de recuerdos que se agolpan en su memoria, pero si se tuviese que quedar con uno, no tiene dudas, sería con los dos años que TVE retransmitió las dos finales del campeonato nacional que jugaban. «Fue una época maravillosa, luego empezamos con el fútbol sala, cuando todavía se le llamaba futbito. En esos años fuimos con los benjamines a San Sebastián y los cadetes a Valladolid, pero también estuvimos en Tarragona o Cáceres», explica el impulsor de uno de los equipos más longevos de Pontevedra.

Le cuesta saber cuántos niños habrán pasado por su equipo en estos años, pero hace cálculos. «Es casi imposible de pensar, pero miles. Tenía unos 15 equipos de fútbol y otros tantos de fútbol sala», subraya Menéndez para hacer un repaso a vuelapluma de la historia del fútbol local. Es la memoria viva. Y como tal ha recibido el reconocimiento de todas las administraciones. «La Federación Galega de Fútbol nos entregó un reconocimiento en el 2016 por «a nosa condición de clube referente en Galicia en prol do fútbol base», dice con orgullo. Solo pide que el Salgueiriños siga teniendo la misma vocación que lo hizo crecer desde que eran un grupo de chavales que se unieron para jugar un torneo en Marín.

La cantera de hoy es hija, o incluso nieta, de los jugadores de antaño. «En estos 60 años en el Salgueiriños no gané un duro, a veces perdía dinero porque las familias de antes no tenían tantas posibilidades como las de ahora». Menéndez se hace a un lado. Esta temporada pasará de los banquillos y los despachos a la grada: «Siempre que haga buen tiempo, estaré animándolos».

Profesional

Carlos Menéndez nació en Pontevedra en 1947. Trabajó en las oficinas del estadio de la Juventud hasta su jubilación

En el club Con tan solo 15 años fundó el Salgueiriños. El primer torneo lo disputaron en Marín en 1962. Tras seis décadas al frente, el pasado febrero buscar una alternativa. Lo sustituye Óscar Guimeráns.