Unos carneiros «gordos e con grasa» para más de tres mil comensales en Moraña

«Teñen que ser gordos e ter moita grasa para que no sequen». Eso decía hace unos días Marcelino García, conocido como Nino O Muiñeiro, un asador casi desde la cuna, que este domingo era el maestro de ceremonias. Lo decía él y lo repetía el alcalde de Moraña, Sito Gómez, después de una copiosa comida en la que no faltó ni el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que se metió en la zona de asados para probar un trozo de carne directamente de los ganchos donde se cocinan durante más de seis horas. Más de tres mil personas y 210 carneiros son el balance de una jornada en la que además de comer, se pasó mucho calor. Y sobre todo, se disfrutó de una fiesta que este año llegó a su edición 56 con más salud que nunca. El asado ya se olía mucho antes de verlo. Había ganas de fiesta desde bien temprano, mucho más allá de la carballeira de Santa Lucía, donde la multitudinaria Peña Espeto ya animaba la jornada con sus camisetas naranjas para todas las edades.

Los carneiros asándose en la carballeira sigue siendo un espectáculo tan visual como sabroso, incluso para los que llevan años haciéndolo y para aquellos que ese último domingo de julio se estrenaron en la fiesta. «Está sendo un día incrible», recalcaba el alcalde, que formaba parte de uno de los 150 lotes que se vendieron este año. Servir la carne fue el colofón a semanas de trabajo, en las que hay que conseguir la leña de carballo, que da un sabor especial, y preparar los carneiros que este domingo volaron entre charangas y brindis. Como decía con humor Nino O Muiñeiro, lo mejor de la fiesta es «cando remata».

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