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La camada de aves que fue rescatada de una piscina de A Caeira fue llevada a Lourido. La zona de acogida tiene sus luces y sus sombras
08 may 2018 . Actualizado a las 12:29 h.El domingo, Policía Local y Protección Civil de Poio rescataron a una camada de patitos de una piscina de A Caeira -la mamá tomó vuelo y no lograron cogerla-. Así que ayer la pregunta del millón estaba clara en el municipio: ¿Qué iba a pasar con esos once patitos salvajes? Xosé Lodeiro, edil de Medio Ambiente, explicaba que ayer a primera hora de la mañana fueron depositados en el estanque que hay en el parque Costa Giráldez, al inicio del paseo de Lourido. ¿Es un buen sitio para ellos? Algunos vecinos lo dudaban ya que el lugar tiene sus luces y sus sombras. Nada mejor que hacerle un chequeo.
El parque en cuestión tiene tanto un estanque pegado a la carretera como un pequeño canal de agua que lo atraviesa. En este último fue donde se depositaron los pollitos. La pena es que la maleza invade este canal y ocurre lo mismo con la basura, con un buen número de envases que fueron quedando tirados aquí y allí. Un poco cansada de ver la zona tan descuidada está Lucía, que regenta en este parque el bar Parrulos, y que es una auténtica valedora de las aves. «Se necesita que vengan a limpiarlo porque los patos ya ni pueden nadar, andan entre la suciedad. Y las ranas se marcharon, o al menos ya no se les escucha croar», explica. Luego, cuenta el otro problema que hay en la zona: «Pedimos varias veces que pongan una caseta para los patos donde se puedan refugiar porque los perros los están matando. En lo que va de año mataron ya a cinco, es terrible. Yo incluso recogí firmas», explica ella.
Sus mismas palabras las confirma después otro gran valedor de las aves de Lourido. Es un panadero que, aprovechando que sirve pan al bar, todos los días les echa de comer a los patos. «É unha pena que os anden matando, habería que coidalos máis porque xa poucos quedan». Habla así sin percatarse de que la familia pata ha crecido con los nuevos once patitos. Cuando los ve, sentencia: «Son moi bonitos pero a ver o que duran, porque xa che digo que aquí os cans mátanos».
Rincones singulares
En realidad, la basura del canal desmerece lo demás que uno encuentra en el parque Costa Giráldez, que es digno de visita. Empecemos por los columpios y demás entretenimientos. Hay dos zonas de juego distintas y un clásico del divertimento infantil: una tirolina. Su estado es bueno. Además, la zona cuenta con dos mesas singulares, las que tienen dibujado tanto un parchís como un gran tablero de damas y ajedrez. «Mira que cosa más curiosa, sácale una foto que yo nunca vi un parque con un parchís así», decía una madrileña que visitaba ayer la zona de Lourido.
Además, la visita al parque Costa Giráldez tampoco puede rematar sin visitar el Bosque das Mulleres, una iniciativa que se hizo en el 2015 con motivo del 8 de marzo y en la que hay un buen número de árboles que llevan nombres de mujeres. Esta zona sí está más cuidada que el estanque de los patitos.