¿Cómo afecta el covid a los equipos?

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

CAPOTILLO

Cinco equipos de ligas nacionales analizan las consecuencias de los aplazamientos y contagios

17 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya no hay equipo en la comarca que sea ajeno al azote del covid, bien porque sus jugadores se han contagiado o bien porque el rival está confinado y hubo que aplazar el partido. Las consecuencias de la pandemia llegan desde distintos puntos y afectan a la salud, a la clasificación y al juego. La mayoría de los equipos que compiten en ligas nacionales no han podido desarrollar la primera vuelta con regularidad. Y ahora, en la tercera ola, se han intensificado las dificultades que deja el covid en el deporte local.

El Poio están confiando tras el positivo de, al menos, tres jugadoras y el Teucro tiene dos positivos en la plantilla y parte del equipo en cuarentena por haber sido contactos estrechos. El Cisne, que ha vuelto a los entrenamientos, espera la llegada de Álex Chan, confinado por el caso de un jugador de la selección estadounidense, mientras el Pontevedra ha estado sin Borja Martínez hasta el pasado sábado tras haber dado positivo a la vuelta de vacaciones. El Arxil, al que de momento respetan los contagios, ha sido víctima indirecta de los positivos de sus rivales durante la primera vuelta.

El Cisne fue uno de los equipos más afectados por los contagios. Seis integrantes del primer equipo tuvieron covid el pasado octubre y esto le obligó a suspender hasta cuatro encuentros. Este contratiempo, unido a los casos de los rivales llevó al equipo de Jabato a tener que intensificar el ritmo en diciembre y jugar dos partidos a la semana. «Esto hace que no todos estemos en igualdad de condiciones, nos dijeron que teníamos que jugar todos los pendientes antes de acabar la primera vuelta, pero luego hubo otros equipos que lo hicieron después», señala Jabato, que estuvo tres semanas confinado en casa. «Fíjate si nos hubiese interesado jugarlos ahora como han hecho otros, podríamos contar con Gonzalo Carró y Olek», indica el técnico cisneista, que ve un problema mayor en la recuperación de los jugadores que dieron positivo. El covid dejó al equipo sin Chapela, que por su profesión no podía arriesgarse a otro confinamiento. Después de salir del aislamiento, Asobal fijó un calendario de miércoles y sábado durante varias semanas. «Los jugadores no están la mismo nivel después de dar negativo. Van en progresión, pero el cansancio persiste. Si cuatro partidos estás parado, al quinto no puedes estar normal», concluye.

En una situación similar está ahora el Poio Pescamar. Toda la plantilla y el cuerpo técnico están confinados después de que se confirmasen, al menos, tres positivos. Están a la espera de más resultados y ya tienen dos partidos aplazados contra el Leganés y el Roldán. «Cuando empezamos estaba claro que iba a ser así, solo tuvimos un aplazamiento en la primera vuelta, pero se contemplaba que pudiese pasar por eso la federación dejó dos fines de semana libres para poder recuperar los partidos», comenta el técnico rojillo, Manu Cossío.

El Arxil es uno de los que más ha sufrido las consecuencias de los contagios sin haber tenido ni un positivo en su plantilla. «Los aplazamientos hacen cambiar la dinámica por completo, en la primera vuelta, cuando encadenábamos dos partidos, el siguiente se aplazaba y no cogías el ritmo», explica Maite Méndez, entrenadora de las verdes, que este fin de semana tendrá que jugar dos partidos en 24 horas.

Y, ¿qué suponen estas continúas interrupciones? Los entrenadores lo tienen claro. «Jugamos una liga adulterada, todo estos condiciona los resultados y luego no se puede cambiar», indica Méndez. La responsable del Teucro, Irene Vilaboa, suscribe las palabras de su colega de profesión, que tiene parte de la plantilla confinada y han solicitado ya el aplazamiento del partido de la próxima semana. «Los parones nos están dejando un año muy duro, nos tenemos que adaptar a la competición, pero nos jugamos descender. Y luego a quien le reclamamos. Este año va a haber equipos que desciendan por la pandemia», indica. Vilaboa cree que los contagios en su plantilla pueden crecer porque algunos de los jugadores compartieron vestuario. Para todos los entrenadores lo primero es la salud, pero muchos coinciden en la dificultad de coger el ritmo de competición y la desventaja que hay entre los distintos clubes.

Todos los equipos de las ligas nacionales tienen que someterse a test de antígenos 72 horas antes del encuentro. Personal médico valida los resultados y se envían la federación correspondiente y al Sergas, quien tomará las medidas correspondientes en caso de que haya positivos. En el caso del Arxil, cada test tiene un coste de seis euros y deben someterse a él las jugadoras y el cuerpo técnico. Pero el procedimiento es igual para todos los clubes en competiciones nacionales. «Gracias a hacerlo se pudo parar a tiempo y detectar los positivos», explica Juanjo García, presidente del Poio Pescamar, sobre un procedimiento al que se someten semanalmente, quien además añade que «una parte la cubre la federación española para las jugadoras, pero para el cuerpo técnico lo asumimos nosotros».

El Pontevedra no ha tenido que aplazar ningún partido y la fortuna quiso que el positivo en su plantilla fuese durante las vacaciones, pero ahora tiene en el aire el encuentro con el Guijuelo, que tiene tres positivos. «Partimos sabiendo que había esa posibilidad de aplazamientos, podría llegar a adulterar dependiendo en la situación en la que te encuentres o con un determinado número de partidos aplazados», explica Ramos, sobre un problema que los responsables los equipos ponen sobre la mesa en una temporada en la que no pueden ver más allá de lo que les espera la próxima semana.

El toque de queda dificulta las sesiones

 

El adelanto del toque de queda a las diez de la noche pone en jaque alguna sesiones de los clubes de la ciudad. El Arxil es el más perjudicado. Habitualmente entrena en la pista del CGTD, pero la escasez de pistas en Pontevedra y la fuerte demanda obliga a reorganizara parte de las sesiones de distintos equipos para que todos puedan entrenar. «Perderemos un día en el CGTD, entre el voley y nosotros lo repartimos, pero no podemos adelantar las sesiones porque está el bádminton», señala Maite Méndez, que tiene dos días que acaba a las 21.45 horas. El Poio está pendiente de volver a entrenar en A Seca y ajustar los miércoles en el que salen a las diez de la noche de entrenar.

El Cisne también ha tenido que adelantar a las 18.30 la sesión de los jueves como consecuencia de los ajustes de horarios en las instalaciones municipales.