El Bosque de Colón, el mayor bosque de secuoyas rojas de Europa, llora a uno de sus artífices

POIO

Manuel Enrique Viéitez Quintillán falleció este miércoles a los 65 años
27 mar 2025 . Actualizado a las 19:18 h.Este miércoles, y como consecuencia de una enfermedad, falleció Manuel Enrique Viéitez Quintillán, quien fue uno de los artífices del Bosque de Colón de Poio, el mayor bosque de secuoyas rojas de Europa. La suya fue una vida dedicada al monte.
De 65 años y natural de Poio, fue uno de los rostros visibles cuando en 1992 se plantaron en el Castrove, donde estaba destinado profesional mente como guarda forestal, quinientos ejemplares de esta especie donados por Estados Unidos para conmemorar el quinientos aniversario del primer viaje de Cristóbal Colón a América: «Foron un agasallo oficial do Goberno dos Estados Unidos ao pobo español a iniciativa do presidente estadounidense George H. W. Bush en conmemoración do V Centenario da primeira viaxe do ilustre veciño de Poio Cristóbal Colón», destacaron en su día desde el Concello de Poio.

Incidieron, asimismo, en que «os exemplares foron plantados conxuntamente por mozos e mozas de Poio e dos Estados Unidos en decembro de 1992, baixo a dirección do profesor John Harmon McElroy, nun proxecto no que colaboraron a Cámara de Representantes e o Senado dos Estados Unidos, o Estado de California, o Goberno de España, a Xunta de Galicia, a Deputación de Pontevedra ou o Concello de Poio dirixido entón por Armando Couselo, Manduco, ademais de expertos, administracións e institucións públicas e privadas a ambos os lados do Atlántico, o que o converte nun extraordinario exemplo de colaboración internacional».
De este modo, la labor de Viéitez Quintillán fue esencial a la hora de plantar las secuoyas y acompañar a la delegación estadounidense que se desplazó a Poio para colaborar en la misma, algo que quedó patente en el acto de conmemoración que se llevó a cabo en la primavera del 2018. De hecho, allegados suyos recordaron este jueves cómo, incluso, llegó a regalar una de las palas que se utilizaron en la plantación a Harmon McElroy.
Pero la carrera profesional de este guarda forestal había comenzado tiempo antes, toda vez que, según añadieron, estuvo destinado un breve período de tiempo en el puesto fronterizo de sanidad vegetal de Tui, para, posteriormente, recalar en el Servicio Provincial de Montes. De igual modo, pasó por la Guardería de Montes antes de terminar en el Castrove.
«O Medio Rural de Galicia perde un gran referente», le dedicó la concejala Rocío Cochón a través de su perfil de redes sociales incidiendo en que era «un dos artífices do Bosque de Colón» al que le encantaba «facer as súas aulas ambientais cos pequenos transmitindo un coñecemento extraordinario e tentando que a semente do amor á natureza prendera nos nenos para sempre».

Meses después de aquel homenaje por los veinticinco años del Bosque de Colón, se dispensó otro en Borela, en el Concello de Cerdedo-Cotobade, coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de su hermano, Javier Viéitez Quintillán, quien también era guarda forestal.
Javier había fallecido de un infarto en el verano del 2017 cuando combatía los incendios que asolaron esta zona de la provincia de Pontevedra en el 2017. Un monolito en su honor erigido en O Pé da Múa, el monte de la parroquia de Borela donde se produjo el fallecimiento, recuerda en este entorno a «un axente forestal con maiúsculas (...). Quen pode esquecer a paixón coa que afrontaba os lumes, o que gozaba cando, tras horas de loita, entre todos os compañeiros conseguían vencelo», recordó entonces José de la Fuente.