Los baches que minan la carretera que une Pontevedra y Ponte Caldelas : «En tres días reventé dos ruedas»
PONTE CALDELAS
Los conductores de la PO-532 sufren incidentes diarios por el estado de un vial que da servicio a los polígonos industriales más grandes de la zona
17 nov 2023 . Actualizado a las 10:18 h.La familia de Anxo Piñón está cabreada. No es para menos. En 48 horas han tenido que cambiar dos veces las ruedas del coche. La razón, un bache de la docena de ellos que hay en la carretera PO-532 entre Pontevedra y Ponte Caldelas. Son unos de los muchos conductores que cubren un trayecto que tiene el asfalto minado en un tramo con mucho tráfico de camiones. Es el que une ambas localidades con los polígonos industriales más grandes de la zona, el de O Campiño y A Reigosa. «El martes reventé una rueda y me cambiaron las dos delanteras en el taller, pero es que este jueves nos ha vuelto a pasar. Dos ruedas en tres días», advierte con cierto malestar Belén Rodríguez, la madre de Anxo. Están acostumbrados a hacer este recorrido, pero con las intensas lluvias de las últimas semanas el asfalto ha empeorado. En el tramo de bajada desde la rotonda de O Campiño hasta la que permite coger la desviación hacia la PO-542, los baches se suceden. Algunos tienen más de dos centímetros de profundidad y dos metros de largo.
A plena luz del día se ven. El problema está cuando llueve y esos huecos se llenan de agua. «Si es de noche no se ve nada», apunta Rodríguez López, que al igual que el resto de usuarios reconoce que en un otoño tan lluvioso como el actual eso es el pan de cada día. A Anxo le ocurrió la primera vez en el punto kilómetro 13,7. Su hijo conducía un Renault Clio, que junto a un Audi A 3 dieron parte a la Guardia Civil de lo ocurrido. En la denuncia detalla que «circulaba por el carril derecho y sintió un golpe de un lado del conductor y seguidamente escuchó un ruido raro y que el vehículo se iba a la izquierda». Los dos conductores sufrieron el mismo incidente en cuestión de minutos. «Bachearon hai uns meses, pero xa volve estar igual», añade otra de las usuarias habituales de este vial que une Pontevedra con Ponte Caldelas.
Unos kilómetros más abajo de donde ocurrieron estos accidentes está Talleres Baltar. Su responsable reconoce que durante la mañana se escucha varias veces el ruido que provoca un bache que tiene casi en la entrada de su negocio. Tras pasar la rotonda de O Campiño, se enfila una recta en pendiente donde los baches se suceden, obligando a los coches a evitarlos. «Tódalas mañás escoitamos o bum das rodas dos camións pasando por enriba», apunta, mientras recibe a una grúa.
La situación de la carretera le hace cambiar varias ruedas a la semana. «Agora vou a ir ata o polígono a por un coche ao que lle pasou», dice este mecánico, que dirige un taller que es un trajín de vehículos. Más de un centenar esperan una nueva vida en la explanada delantera, mientras su equipo trabaja en un par de decenas que están a cubierto. Sin embargo, Roberto y algunos de sus empleados reconocen que el bache más peligroso está en una curva a poco más de un kilómetro del taller. Con más de un metro de largo y más profundidad que los otros, este socavón obliga a reducir la velocidad para esquivarlo.
El tráfico de camiones es constante para atener a los polígonos y por las obras de la A-57. José Manuel Roa es uno de esos conductores que por su trabajo acude con frecuencia a O Campiño. Alerta del peligro que suponen los baches por las noches. «A partir de las seis y media no se ve nada. No te das cuenta y al meter la rueda en el socavón se te va el coche. Pierdes el control», explica, en el tiempo del bocadillo. Recorre toda la provincia y le sorprende el estado de esta zona, pero advierte de que después de las intensas lluvias hay más zonas afectadas: «Podemos reventar el coche».
La Xunta está informada
Desde la Consellería de Infraetsruturas e Mobilidade explican que la Axencia Galega de Infrestruturas hace un análisis y continuas valoraciones del estado del firme de los 5.500 kilómetros de la red autonómica de carreteras para programar los refuerzos del asfaltado. «Se o estado do firme dunha estrada se viu deteriorado de modo significativo, estará recollido na programación dos traballos e próximos proxectos que se redacten», indican desde la administración autonómica. Al margen de la conservación diaria de las carreteras, reconocen que las zonas más urgentes se solucionan mediantes bacheos una vez identificadas. Un recorrido por la PO-532 confirma que hay muchos socavones parcheados, mientras en el vial PO-542, a la altura de Marcón, estaban ayer trabajando en el acondicionamiento de la carretera.
Los conductores afectados han empezado a reclamar a sus aseguradoras. En la oficina de Mapfre de Ponte Caldelas ya han registrado varios siniestros en los últimos días. «Si hay un atestado de la Guardia Civil se reclamarán los desperfectos a la Xunta. La mayoría de lo que nos llega, son ruedas reventadas», aclaran fuentes del seguro.