La hierba artificial es una fuente de contaminación

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

PONTE CALDELAS

Los campos sintéticos provocan el 15 % de los microplásticos que llegan al mar

07 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Podría parecer que no existe una relación directa entre el fútbol, la catástrofe climática, la contaminación por microplásticos, la pesca fluvial y la ría, pero en Ponte Caldelas están a punto de conseguir esa relación. La cosa empezó hace unos 57 años, el día que una iniciativa vecinal, posteriormente con respaldo municipal, decidió que Chan da Barcia, al lado de la orilla del río Verdugo y, ojo con esto, en plena planicie de inundación, era un lugar excelente para instalar un campo de fútbol y claro, como ya hemos comentado alguna vez, inexorablemente las zonas inundables, se inundan.

De esta forma lo que pretendía ser un campo de fútbol con cierta frecuencia se convertía en una cancha de waterpolo. Lejos de amilanarse por estas crecidas que inundan el campo con el consiguiente coste que suponía su reparación, y lejos de llegar a la conclusión de que, en vista de que las crecidas serán cada vez más intensas debido a los fenómenos meteorológicos extremos derivados de la emergencia climática, quizás ese lugar no era el más adecuado para instalar esa infraestructura (ni ninguna) el Concello de Ponte Caldelas mantiene con empecinamiento que el campo de fútbol siga allí y ahora, tras la última crecida, hay que reponerlo otra vez. Es otro tipo de competición: El río se lleva por delante el campo, el Concello lo vuelve a poner y así sucesivamente, a ver quien gana (spoiler: gana el río).

Pero la cosa incrementa su gravedad porque hablamos de un campo de hierba artificial. La composición más común de esta hierba de plástico suele ser polipropileno o polietileno, y una parte de la misma se va desprendiendo con el uso y el pisoteo. Se calcula que cada campo de hierba sintética pierde entre el 0,5 y el 8 % de sus hojas anualmente, por eso su vida útil apenas alcanza los 9 años. Puede parecer un asunto menor, pero estudios de la Universidad de Barcelona verificaron que los campos de hierba artificial son los responsables del 15 % de los plásticos de menos de 5 milímetros que llegan al mar y, por esta razón, la Unión Europea está plateándose su prohibición.

En el caso de Ponte Caldelas, previamente a su llegada al mar, estos microplásticos irían contaminando el cauce del río Verdugo, suponiendo un factor añadido de contaminación que afectaría a las especies fluviales y finalmente a los bancos marisqueros de la ría, especialmente sensibles a la contaminación por microplásticos. Añadamos la alta toxicidad de los gránulos de caucho para su relleno y drenaje (se prohibirá su comercialización a partir de 2031).

Con la sensatez y los sólidos argumentos que caracterizan sus reivindicaciones, la asociación A Rente do Chan está intentando que ese campo de fútbol se instale en otro lugar (existen lugares alternativos) y que no se incremente la contaminación por derivados plásticos de la hierba y caucho artificial, que además ya sabemos que, en muy poco tiempo, estará prohibido por la UE.

Ponte Caldelas tiene una excelente oportunidad de evitar que el fútbol incremente la catástrofe climática, y la contaminación. Esperemos que Andrés Díaz, alcalde de Ponte Caldelas (al que felicitamos en su día por su valiente defensa del río Verdugo frente a las pretensiones de trasvases por parte de su compañero de partido Abel Caballero) sea coherente con esa defensa y reflexione sobre el impacto ambiental del campo de fútbol de Chan da Barcia. Conste que, aunque ponemos a Ponte Caldelas como ejemplo, es aplicable a todos los campos de fútbol de hierba sintética, que ya son casi una pandemia.