Desesperación tras emigrar y tardar años en convalidar títulos: «Tenemos a médicos o psicólogos trabajando de pinches de cocina»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Mónica Brennan, que logró convalidar el título de odontóloga junto con Manuel Osorio, que son compañeros de directiva en la asociación Asovedra de ayuda a los venezolanos.
Mónica Brennan, que logró convalidar el título de odontóloga junto con Manuel Osorio, que son compañeros de directiva en la asociación Asovedra de ayuda a los venezolanos. Ramón Leiro

Homologar desde Galicia estudios de bachiller o FP hechos en otro país es asequible, pero con los grados universitarios hay un tapón. Una dentista y dos enfermeras cuentan sus casos

06 mar 2024 . Actualizado a las 18:55 h.

El diccionario no lo dice. Pero al verbo emigrar le combina el adjetivo difícil. Porque emigrar lo es, en cualquier parte del mundo y en cualquier circunstancia. Sin hablar ya de las consecuencias emocionales de dejar un país para buscar porvenir o simplemente salvar la vida en otro, están todas las trabas legales y burocráticas. Por supuesto, el mayor problema está en lograr establecerse de forma legal en España, concretamente en Galicia, y poder acceder a un contrato laboral, ya que actualmente se da esa paradoja de que hay miles de personas a las que se les permite permanecer aquí, que no son expulsadas, pero no tienen papeles para trabajar, así que quedan abocados a sobrevivir con ocupaciones en negro o a vivir de la caridad. Tras ese primer calvario, para muchas personas llega otro: los años de demora que sufren actualmente para convalidar los títulos universitarios de sus países, que llega hasta los seis años. En Pontevedra hay numerosos afectados por un trámite que depende del Ministerio de Universidades. Nada mejor que ponerle nombre y cara a las historias para entender lo que pasa.

Mónica Brenna, que vive en Poio, lleva ya más de dos décadas en Galicia. Vino de Venezuela, donde ejercía como odontóloga, en el 2001 y desde el minuto cero intentó homologar su título mientras se iba ocupando en lo que le salía: «Primero estuve en una lavandería trabajando y luego como auxiliar en una clínica dental, pero no podía ejercer de lo mío, claro». Nunca pensó que el ministerio tardaría dos años en contestarle para decirle que tenía que cursar de nuevo siete asignaturas, que consideraban que no había hecho allí. En total, tardó hasta el 2006 para convalidar su título y poder ejercer. Abrió una clínica en Marín y ahora trabaja también para el Sergas. En su momento lo suyo le pareció una pesadilla. Pero ahora cree que fue una afortunada. ¿Por qué? Porque ella es una de las directivas de Asovedra, la Asociación de Venezolanos en Pontevedra, y ayuda a muchas otras personas que están intentando convalidar sus títulos. Señala sin titubeos: «Lo que me encuentro es un horror. Están tardando hasta seis años en poder homologar un título universitario. Con los de FP y bachiller no hay ese problema, el tiempo es asequible, pero con los títulos universitarios... es un calvario. No les contestan en años». 

«Están de pinches de cocina»

Ese fue el motivo de que hace unos días convocasen una protesta en Pontevedra. A su lado, Manuel Osorio, presidente de Asovedra, señala: «¿Cómo están dejando que pase esto? Aquí se necesita mano de obra y hay un montón de titulados que no pueden ejercer. Hay médicos, odontólogos, enfermeros, psicólogos o ingenieros trabajando de pinches de cocina», manifiesta. Él, que vive en Vilagarcía, sufrió lo que le pasó a su hijo: «Él es español, nació en Venezuela pero con nacionalidad española. Cuando vino aquí estuvimos cuatro años luchando para que se reconociese su título de Administración y Dirección de Empresas. Da igual que te estén buscando para un puesto... la cosa se demora mientras tú tienes que trabajar en lo que va saliendo. Estamos pagando millones de euros en tasas y hay un tapón tremendo con esto, no es normal, no es justo».

Gemma Vilas, psicóloga y especialista en Inmigración que trabaja en la oenegé pontevedresa Boa Vida, les da la razón. Ella también palpa la desesperación de muchos inmigrantes que llevan años esperando a que les convaliden sus títulos. «É durísimo o proceso. Primeiro, porque eles teñen que traer toda a documentación coa Apostilla da Haya [un método de verificación de los documentos], e iso nos seus países custa moitísimo. E, despois, porque malia ter toda esa documentación botan anos de espera. E mandan correos e chaman ao ministerio e non lles contestan. Duns anos para aquí, dende a pandemia, é moito peor», indica. 

El plazo del ministerio

Si se consulta la web del ministerio, la versión es distinta. Hay una resolución de hace solo unos días, del 21 de febrero, para darle celeridad a estos procesos, que están regulados por el Real Decreto 889/2022. En él se indica que la resolución tiene que estar lista en el plazo de seis meses. Pero los testimonios certifican que no se está cumpliendo.

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«Era enfermera, dejé Venezuela tras el secuestro de mi hijo y aún no pude volver a mi oficio» 

Yanitza Romance, de 58 años y su sobrina Giannette Velasquez, de 23, tía y sobrina, son enfermeras. Ambas están intentando convalidar sus títulos en España, aunque sus situaciones son muy distintas. A punto de entrar en un curso para desempleados en Pontevedra, cuentan su historia. Y la mayor de ellas empieza diciendo: «Me va pillar la jubilación y todavía no homologué el título».

Yanitza lleva siete años en Pontevedra. Le duele contar lo que pasó para que dejase su país, donde ejerció muchos años como enfermera en un hospital de Miranda y donde se especializó en Gerontología: «Dejé Venezuela tras el secuestro de mi hijo... por suerte él salió vivo, pero fue muy duro. Me vine aquí y aún no pude volver a mi oficio». A ella le pasó algo muy común entre quienes llegan de fuera. Aunque traía la documentación apostillada para intentar convalidar el título, los primeros años no luchó por ello porque se dedicó, directamente, «a intentar sobrevivir». Comenzó a cuidar personas mayores y, hace año y medio, solicitó la homologación de su título. Dice que está cansada de llamar y mandar correos al ministerio sin que nadie le conteste: «Ojalá el silencio administrativo fuese positivo, pero en este caso es negativo... no sé en qué momento me contestarán. O si acabaré llegando a la jubilación sin el título». Tiene la nacionalidad española porque la familia de su esposo es gallega, pero le falta esa convalidación para trabajar de lo suyo.

Giannette y Yanitza, sobrina y tía, son enfermeras y están intentando convalidar sus títulos.
Giannette y Yanitza, sobrina y tía, son enfermeras y están intentando convalidar sus títulos. Ramón Leiro

Su sobrina Giannette está en una situación todavía más complicada. Ella se vino desde Venezuela a Pontevedra hace cinco meses y son sus padres los que desde allí tratan de homologarle el título de enfermera: «Creemos que así puede ser más ágil, pero no sabemos si surtirá efecto o no», explica. De momento, tampoco tiene papeles para poder ser contratada en España, ya que lo único con lo que cuenta es un papel manifestando que solicitó la protección internacional. Ella se está dando de bruces con la demora que hay también para este trámite, ya que está citada para confirmar esa solicitud y tener la entrevista de rigor para el 2026. Eso implica que hasta esa fecha no puede tener un contrato laboral: «Hago cursos de búsqueda de empleo pero por ahora no puedo trabajar legalmente».