Las mariscadoras de Arcade: «En vez de siete kilos, vamos a coger siete almejas»
VILABOA
Su banco marisquero se encuentra sin semilla por causas desconocidas y acuden a faenar a Vilaboa tres jornadas al mes, pero el producto es muy escaso
23 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A las 9.30 horas de ayer aparecieron en la cofradía para recoger los angazos. Las mariscadoras de Arcade salían a faenar por primera vez este mes, pero no en su pósito. Una decisión de la Consellería do Mar les permite explotar la zona de O Cunchido, en Vilaboa, haciendo que las mariscadoras de Pedra da Oliveiras tengan que compartirles su espacio tres jornadas por mes. Sin embargo, las caras y las conversaciones no mostraban optimismo: «En vez de siete kilos, vamos a coger siete almejas», comentaba una de las trabajadoras mientras cargaban la furgoneta con el material antes de desplazarse en sus coches particulares, conocedora por las últimas salidas de que el producto presente sería escaso. Pero, si bien en Vilaboa el marisco no es abundante, en Arcade está totalmente desaparecido.
La zona de marisqueo de Arcade lleva décadas sin ser una gran productora natural de marisco. Esto se debe a su localización, donde la mezcla de corrientes entre el río y el mar no ayuda a la fijación de especies como la almeja. Y aunque «el año pasado vino una recolecta muy buena», según el técnico biólogo de la cofradía, Eduardo Pérez Corbacho, las fuertes lluvias y riadas que afectaron a todo el litoral gallego provocaron una gran mortandad también en la costa de Soutomaior: «Si tienes tres meses de agua dulce, obviamente te mata la almeja».
Para solucionar este problema, la cofradía de Arcade lleva años recurriendo a la técnica de la sementeira, que consiste en depositar en zonas estratégicas producto con muy baja talla, para recolectarlo dos años después, ya con un tamaño comercializable. «Esto se hizo siempre y es una buena solución, se debe entender como una inversión», comenta Corbacho.
Sin embargo, la inversión de las labores más recientes se está viendo perdida. «Por diferentes motivos, las almejas no van para arriba», cuenta el biólogo. Las mariscadoras coinciden. No son capaces de localizar el producto en las zonas en las que lo sembraron. Los motivos, por ahora, son desconocidos: «Hicimos ensayos en tubo para ver si el problema era el agua dulce o las corrientes, pero crecían sin problema», explica Pérez Corbacho, que atribuye las causas a los depredadores, concretamente a las ouxas (Myliobatis Aquila).
La falta de proyectos en marcha para investigar el fenómeno solo deja lugar a suposiciones. La única solución actual para las mariscadoras de Arcade es faenar en un Cunchido compartido y con polémica. En abril del 2021, cuando las concesiones para la explotación común comenzaron, los enfrentamientos entre ambas cofradías, con las de Vilaboa defendiendo el cierre del banco, llevaron a la intervención de la Guardia Civil en el arenal.
Además, el estado sanitario del pósito acarrea más problemas. El Intecmar declaró el espacio como Zona C por sus condiciones higiénicas, paralizando así la actividad marisquera en varias ocasiones. Las mariscadoras de Vilaboa están «en una incertidumbre constante por volver a la misma situación en cualquier momento».
Justo de allí salían las mariscadoras, dos horas después de echarse el agua, con sus malos presagios cumplidos. Aunque rastrearon toda la zona, no consiguieron llenar un cupo diario que, con la ría en óptimas condiciones, tardarían menos de 60 minutos en alcanzar. «Esto está más mareado que yo en la noria», comentaba una de las compañeras entre risas y frustraciones. La mayoría decidieron no pasar la cosecha por la báscula: «Pesar? E logo, que imos pesar?», decían, mientras enseñaban sus redes. Los más afortunados estimaban haber cogido seis kilos del máximo de siete permitido, mientras que la mayoría volvían con menos de tres en la bolsa.
A falta de un milagro o de que la situación empeore, el pesimismo parece ser la nueva realidad del marisqueo de Arcade.