
















El incendio de Vilaboa es el más grave este verano en el área de Pontevedra
22 ago 2025 . Actualizado a las 19:29 h.Los vecinos de las aldeas de Paradellas y de Vilar, en Santa Cristina de Cobres, no bajan la guardia y mantienen la vigilancia del monte cerca de sus casas. Temen que cualquier rebrote pueda causar un nuevo foco de fuego que empuje las llamas hasta sus viviendas. Este viernes por la tarde todavía es visible una columna de humo ya mucho más atenuada que el jueves, cuando se originó el fuego, pero no se pueden confiar. El alcalde, César Poza, admite la preocupación de sus vecinos porque sin previsión de lluvias este fin de semana es fácil que pueda complicarse la cosa de repente.
Precisamente eso pasó este mediodía en Vilar, cuando el fuego apareció de repente a escasa distancia de las casas y cuando la gente creía que habían logrado conjurar el peligro. Varias descargas de medios aéreos fueron suficientes para extinguirlas, pero nadie libra a los residentes del susto que se llevaron.
El desgaste emocional es fuerte entre los vecinos de Vilar. Laura resume así lo vivido: «La noche [del jueves al viernes] fue complicada en Vilar. Estamos intranquilos. De noche logré dormir de cuatro a ocho, pero nuestra casa limita con el monte».
Otros vecinos se acercaron a Vilar para comprobar los daños en las tomadas y todos estaban con el corazón en un puño deseando que no se levante viento, que fue un factor muy adverso en el operativo del jueves. Los vecinos le temen a los rebrotes. «Todo o monte está moi seco e onde ardeu é fácil que prenda máis lume», afirma otro vecino de Vilar.
En Riomaior se ha montado un puesto de mando avanzado junto a la casa de cultura. Desde las cinco de la mañana de este viernes es el lugar que coordina el operativo, que combate desde tierra y aire la propagación de las llamas.
Sobre el terreno, además de medios autonómicos y de otras Administraciones públicas, se encuentran también militares de la UME, que centraron su trabajo en perimetrar el fuego y así evitar la reactivación de las llamas o que se produzcan escapes hacia nuevos terrenos.
Desde el Concello se agradeció el trabajo que realizan los Bombeiros de Pontevedra, Morrazo y Vigo, desplazados para colaborar en este municipio, así como las diferentes agrupaciones de Protección Civil que reforzaron el trabajo de emergencias de Vilaboa. También se reconoció la predisposición de los alcaldes de Cuntis, Redondela, Moaña y Soutomaior, que pusieron sus medios a disposición del Concello. César Poza pidió a los vecinos que «se manteñan alerta e que avisen ao 112 en caso de detectar calquera novo brote».
Sin embargo, no todo fue civismo. La Policía Local intervino en Castiñeiras para alejar a los curiosos que se amontonaban en el lago y entorpecían la maniobra de los helicópteros que cargaban para coger agua para Cobres.

El alcalde apoya un cambio legal para acortar plazos para forzar la limpieza de las franjas de seguridad
El alcalde de Vilaboa, César Poza, hizo este viernes un llamado a la prudencia por parte de los vecinos y apostó también por un cambio legal que agilice los plazos para forzar la limpieza de las franjas de seguridad de las aldeas antes de la llegada de la temporada estival. El regidor acepta las quejas que muchos vecinos tienen sobre la maleza y también abundancia de árboles pirófitas que crecen en los contornos de carreteras y núcleos de población. Poza, que está en permanente contacto con los vecinos de Vilar y de Paradellas, los dos núcleos próximos al incendio de Cobres, escuchó en más de una ocasión las quejas de muchos de los afectados por la maleza cerca de las casas.
El regidor explicó que el Concello está haciendo todo lo que está en su mano. «Llevamos trabajando con este tema bastante tiempo, pero la legislación no nos permite actuar de una manera rápida e inmediata en este tipo de situaciones». Indicó que el Concello tiene un técnico de medio ambiente desde noviembre, becario de un plan de la Diputación. El Ayuntamiento prevé crear de forma permanente una plaza de técnico ambiental para poder revisar, entre otros aspectos, el estado de las franjas de seguridad de las aldeas cada año.
No obstante, Poza añadió que, aún cuando se detectan fincas sin limpiar, no se puede intervenir con la presteza que querría. «La gente tiene que darse cuenta de que esto no se soluciona en quince días», comentó. El alcalde recordó que desde que se recibe una denuncia por falta de limpieza de una finca y hasta que se acaban los plazos legales para retirar la maleza pueden pasar «meses».
Manifestó Poza que hay primero que dar un plazo de un mes de audiencia y después otro de quince días antes de la ejecución forzosa de los trabajos. En el entretanto, un técnico tiene que comprobar el estado de la parcela en cuestión y emitir también informe. «Ojalá pudiéramos tener medios para dar quince días en una situación de emergencia y poder actuar, pero mientras no se cambie la legislación no se puede», se lamentó.
Otro factor a tener en consideración, de forma singular en Galicia, es el minifundio, «sobre todo en las zonas perimetrales de los núcleos de población», que hace que existan muchas parcelas pequeñas con numerosos propietarios, a los que no siempre es fácil identificar y después hacer cumplir la limpieza de sus fincas.