La comunidad marroquí en Galicia sufrió hasta el final con su selección

La Voz

QATAR 2022

EDUARDO PÉREZ

A pesar de la derrota ante Francia, la afición mostró su orgullo tras haber hecho historia en el Mundial

14 dic 2022 . Actualizado a las 23:22 h.

«Al principio no confiábamos mucho en que la selección marroquí llegase hasta donde ha llegado, pero ahora somos muy optimistas», confesaba Sovad minutos antes de que comenzase la semifinal. De hecho, ese apoyo absoluto a su selección era más que palpable en el bar Macchiatto, donde se dio cita para seguir el partido buena parte de la comunidad marroquí de A Coruña. «Es un orgullo verlos jugar», resaltaba Chaima, otra joven.

Con el balón sobre el césped, no faltaron los cánticos de apoyo. El primer gol de Francia cayó como un jarro de agua fría. Sin embargo, los ánimos no mermaron y, con cada intento de su selección, aplaudían y aupaban desde la distancia a los jugadores. «Tenemos al mejor entrador. Confía mucho en los jugadores y ha formado una defensa muy fuerte», comentaba Abdou Assamad. El segundo gol acabó con el sueño marroquí, pero no con su orgullo.

En Vigo se vivió parecido. Decenas de marroquíes abarrotaron ayer el restaurante Ambar. En torno a una gran pantalla, numerosos marroquíes afincados en la ciudad siguieron el encuentro. A pesar de que las cosas no fueron bien desde el principio, no dejaron de animar a su equipo. También había españoles apoyando e, incluso, argentinos en el local.

En Ribeira, la afición marroquí también vivió una tarde gris. Y no solo por el color del cielo. La intensa lluvia caída en la localidad barbanzana durante el encuentro no ayudó a que los seguidores salieran a la calle a llenar los bares, como ocurrió en las anteriores eliminatorias. Los que sí se animaron a reunirse tenían caras largas. A medida que iban pasando los minutos tras el gol francés, la ilusión inicial se fue esfumando. Como resumió una aficionada de Marruecos, «esto es solo fútbol».

«Lo que está haciendo Marruecos es algo único. Llegar hasta una semifinal ha sido increíble». Lo dijo Sara Bechiki. Tiene 16 años y nació en Xinzo, pero por sus venas corre sangre marroquí. Le rodeaban decenas de personas que forman parte de la comunidad marroquí. «Es la primera vez que llegamos hasta aquí. Estoy orgulloso», admitió el padre de la joven. Entre los que brindaron por el buen partido que jugó Marruecos también había decenas de limianos.

Con información de A. G. Chouciño, Alejandro Martínez, Fran Brea y María Doallo.