Uno de estos días pasados, ojeando la prensa (La Voz de Galicia) leo en grandes titulares la denuncia por la desaparición de una boa de su domicilio en Ferrol, me quedé ojiplática y, repuesta de la sorpresa, releí con atención la noticia porque ¿estaba pasando tal cosa en mi pueblo? ¿aquí al lado (o casi) de mi domicilio? A lo largo de la vida todos hemos tenido vecinos mejores, peores, extravagantes, pero ¿cómo se puede asimilar que tengamos de vecina a una boa? Para más señas, con nombre y apellido: «Boa Constrictor Imperator albina» (de 2 m de longitud aprox).
¡Oh sorpresa! Tenía una nueva vecina que yo no conocía, claro, ella no se había presentado ¿nos habríamos visto en el ascensor y yo no la saludé? ¿en el súper? Ante tanta incertidumbre ¿qué hacer? ¿cómo tengo que hablarle? ¿la trato de tú o de usted? A saber, qué edad tendrá, y no le voy a preguntar, a las señoras no se nos puede hacer esa pregunta. ¿Idioma sibilino? La verdad es que estoy hecha un lío, bueno, más lío estará ella porque es su postura natural, cuando nos conozcamos mejor, espero caerle bien por mi integridad física, me haré la simpática y servicial por lo de la buena vecindad y procurando no enfadarla ni irritarla, porque podría ser mortal y no os cuento más porque se acaba de colar por debajo de la puerta, me está mirando y no sé con qué intenciones ¡aahggg! Ella decidió.
Josefa Martínez López. 78 anos. Ferrol.