La mujer de Laxe

Ulyses Villanueva Tomás

RELATOS DE VERÁN

16 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que el embarcó, se acerca cada día al faro y otea el horizonte tratando de encontrar una señal de él, su marido, quien partió hace seis meses y aún no ha regresado. Ella rastrea la superficie del mar con su mirada, como si fuera la luz del propio faro oscilando de un lado a otro, cada día, porque no podría vivir sin él, porque son muchos los hombres que perdieron la vida en el mar.

Se embarcan en pesqueros que traen el único sustento para los habitantes de la aldea, y no siempre se llenan las redes. Entonces, hay períodos de hambre que se lleva a los más débiles sin poder salvarlos.

El mar es la única fuente de vida para ellos. De ahí las horas frente a la luz azul, buscando indicios de supervivencia, rogando que no sea esta muerte la de él, “mi amor”, dice. La espera es una eternidad en sí misma pero no hay ninguna estela a la vista y la vuelta al hogar es lenta, ya con la mirada menos lejana.

Al amanecer unos gritos la alertan de algo y corre hasta el faro. Alguien vio un barco a lo lejos, uno de los barcos que habían de regresar, pero aún no saben cuál es. La distancia es mucha y los deseos se agolpan en cada una de las miradas, hasta que el nombre del barco puede leerse desde tierra.

Los hombres observan a sus familias desde cubierta y él es uno de los pescadores que han logrado volver, “mi amor”, dice, pero lo hace en voz baja, porque otras mujeres habrán de seguir esperando, como hizo ella hasta hoy.

Habrá quien no regrese, y esa espera durará toda la vida, y cada vez que aparezca un barco ella saldrá corriendo para reencontrarse con su marido, a quien creerá ver siempre, como ahora, pero nadie dirá nada, porque tanto dolor no se puede consolar, porque nada se puede hacer para que ella deje de seguir aguardando, cada día, de pie, junto al faro.

Ulyses Villanueva Tomás. 53 anos. Galapagar (Madrid)