El puerto de Leixões mueve el doble de mercancías en contenedores que Galicia

EL RENACER DE PORTUGAL

La facilidad y agilidad en la gestión de la cargas frente a la burocracia y pegas en el puerto vigués ha llevado a multitud de empresas gallegas a su muelles
26 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El puerto de Leixões está dirigido por las manos turcas del conglomerado Yildirim. El aeropuerto Sá Carneiro, por gestores franceses del grupo Vinci. Pese al marcado amor patrio luso, no hay resquemor en que la economía los haya llevado a esos derroteros. Al contrario, los directivos portugueses de ambas infraestructuras sacan pecho al dar cuenta de los récords históricos alcanzados en el 2017. «Nunca el puerto de Leixões movió tanta mercancía», señala su dirección a pie del canal artificial que se adentra en la costa de Matosinhos. Hasta 19,5 millones de toneladas de carga se movieron en su recinto, 1,2 millones de toneladas más que el año anterior.
Las cifras contrastan con la atomización gallega que, sumada, se queda un 51 % por debajo: Leixões alcanza los 633.637 TEU (unidad de medida de los contenedores), y Galicia, 283.286 (dato del pasado noviembre).
«El puerto de Leixões presenta condiciones de apoyo indispensable a las empresas del norte del país, con una oferta en servicios eficientes y costos competitivos», señalan sus gestores, que no hace ni tres décadas lideraban el ránking en carestía de tarifas de media Europa. El puerto se ha convertido en un elemento clave en la internacionalización de la actividad industrial de la mitad del país, ya que es sobre todo exportador. Los barcos que en él cargan llegan a 184 países, mantiene la autoridad portuaria, tras dar cuenta de las rutas conseguidas, en especial a España.
«Tenemos una posición privilegiada en el contexto europeo y hemos aumentado la capacidad del tráfico de contenedores y graneles», explican en medio de un puzle de cargas y ante los accesos que parten hacia el Gran Oporto y el aeropuerto desde sus cinco kilómetros de borde litoral y 120 hectáreas de explanadas.
La facilidad y agilidad en la gestión de la cargas frente a la burocracia y pegas en el puerto vigués ha llevado a multitud de empresas gallegas a su muelles, y el turismo dispara el número de escalas de cruceros. En el 2018, un 20 % más.