Portugal necesita 70.000 obreros para su incorporación inmediata a la construcción

m. sío dopeso / c. punzón VIGO / LA VOZ

EL RENACER DE PORTUGAL

Vítor Mejuto

Compradores de más de 50 países disparan la demanda mientras empresarios gallegos compran edificios para alquilar

29 ene 2018 . Actualizado a las 16:07 h.

En Portugal no hay burbuja inmobiliaria, lo que hay es mucho dinero para invertir, dicen los promotores lusos. Así es como explican un bum de la construcción en grandes ciudades y zonas residenciales y turísticas, sin precedentes en el país.

Según el INE portugués, el empleo en el sector pasó de 6.000 a 15.000 trabajadores en el último año. Pero no llegan. Hay tanta obra en curso que hacen falta miles de trabajadores. «Falta mano de obra en el sector, a día de hoy se precisan entre 60.000 y 70.000 mil nuevos trabajadores», afirma Ricardo Gomes, presidente de la Federação Portuguesa da Industria da Construção e Obras Públicas (Fepicop). Eso es tanto como la plantilla de 10 fábricas de coches como la que PSA en Vigo. Y asegura Gomes que la necesidad de personal ya es un problema: «En zonas con más demanda turística, como el Algarve, ya se verifica una grave incapacidad de respuesta debido a esa carencia de trabajadores».

Las condiciones fiscales favorables para los extranjeros no residentes y la Golden Visa -permiso de residencia en Portugal para no comunitarios a cambio de una inversión de al menos un millón de euros, o la compra de inmuebles desde 350.000 euros en zonas de rehabilitación y a partir de 500.000 en el resto- explican el despegue meteórico del sector. 

Nunca se vendió tanto

El problema es que durante la crisis que acabó con la intervención del país por parte de la UE, Portugal perdió 37.000 empresas y 230.000 trabajadores de la construcción. Se marcharon sobre todo a Alemania y Angola. «Tenemos que traerlos de vuelta, formar a un trabajador especializado cuesta», dice Reis Campos, presidente de la Confederación Portuguesa de Construcción y Bienes Raíces.

Las cifras del pujante sector luso son importantes. El 2017 acabó con un crecimiento del 5,9 % y la previsión del 2018 apunta otra subida del 4,5 %, «En el segmento de edificios residenciales, más afectado por la crisis, se espera un crecimiento del 7 %», dice Campos. «Nunca se vendieron tantas casas. Este año, el número de transacciones crecerá entre 20 % a 25 %, lo que se traduce en más de 158.000 casas vendidas. El 90 % de los hogares en Lisboa se adquieren incluso antes de que estén listos», afirma la consultora inmobiliaria CBRE que en su análisis de tendencias del mercado luso para este 2018.

Avanza CBRE que solo en Lisboa se construirán este año 1.200 nuevos apartamentos (750 el año pasado). «Pocos serán los que queden sin vender cuando la obra esté terminada, a pesar de que el precio medio es de 6.000 euros por metro cuadrado, un coste inaccesible para la mayoría de portugueses», asegura la consultora, que coincide con Reis Campos en que los precios subirán este año otro 5 % este año.

Otra firma asesora, JLL, da detalles sobre el mercado luso, caracterizado por «la diversificación de los compradores de origen, con cerca de 50 nacionalidades para adquirir casas durante el 2017», lo que explica que los precios se estén disparando.

La construcción portuguesa se mueve a golpe de visados de oro, pero también por inversiones industriales promovidas por multinacionales que abarrotan los polígonos; y por un efervescente sector turístico. El ministro da Economía, Manuel Caldeira Cabral, afirmó recientemente que en estos momentos están en construcción cerca de 80 complejos hoteleros en Portugal.

Y este bum ha convertido al vecino en un buen socio para Galicia. Las grandes constructoras de la comunidad tienen ya en marcha proyectos en el país vecino. Goa Invest, la promotora de Amancio Ortega; Copasa, Grupo San José, Izmar y Civis Global llevan ya tiempo apostando por ese territorio. Se suman ahora un gran número de medianas y pequeñas promotoras que concurren solas o con socios locales a las licitaciones de proyectos. «Las empresas que están yendo a Portugal llevan personal propio. Hay verdaderos problemas para encontrar personal tanto en Portugal como en Galicia», aseguran fuentes del sector. 

Compras desde Galicia

El impacto abarca más ámbitos. En lo que va de año, dos empresarios gallegos han comprado sendas edificaciones emblemáticas en Oporto para proceder a su rehabilitación. En uno de los casos ya está decidido alquilar los apartamentos resultantes para turistas. Pero no son los únicos compradores gallegos que han cruzado la raia para invertir en el ladrillo. «Tienen menos tasas, a las compras le han reducido al mínimo los impuestos y las operaciones de rehabilitación suelen estar acompañadas por el sector público», resume Benito Iglesias, presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias. Los proyectos, añade, suelen avanzar con rapidez por una notable reducción de la burocracia y la seguridad jurídica. Iglesias añade que varios gallegos están abriendo en el norte luso su segunda residencia.