
El modelo que combina oficina y casa sigue ganando terreno. Según un informe de Protime, el 58 % de los empleados prefieren combinar tres días presenciales con dos de teletrabajo
07 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cumplidos cinco años de la pandemia, los puestos de trabajo han experimentado uno de los cambios más radicales de las últimas décadas. La obligación de trabajar en remoto que supuso el confinamiento ha llegado para quedarse. Pero, ¿en qué medida ha cuajado el teletrabajo?
Según datos del INE, el Instituto Nacional de Estadística, el 15 % de los empleados españoles teletrabaja. Este modelo ha experimentado en el 2024 un ligero aumento, 1,3 puntos porcentuales con respecto al 2023.
Madrid sigue a la cabeza como comunidad autónoma que prefiere esta forma de trabajar, seguida de Cataluña y Andalucía. En el caso de Galicia, los datos del último trimestre del 2023 apuntaban a que el 11,7% de los ocupados de la comunidad trabajaron de forma remota, una disminución de 0,4 puntos porcentuales respecto al año anterior. Una cifra que cayó en el 2024. Según el INE, el 10,2% de los trabajadores gallegos teletrabajaron el año pasado.
¿Funciona o no el teletrabajo?
«El teletrabajo sí ha cuajado en España, pero su adopción ha sido un proceso gradual. Si bien durante la pandemia se impuso como una obligación, lo que hemos vivido después ha sido un ajuste de modelo», explica Óscar Bermejo, CTO Spain de Protime. Tras esa fase inicial, las empresas y los empleados empezaron a adaptarse a ese modo de trabajo. Ahora el punto es intermedio. «Ambas partes han llegado a un equilibrio. Los empleados, muchos de los cuales pasaron de un modelo de 0 a 100 de manera abrupta, se sienten cómodos trabajando de forma remota, mientras que las empresas también han ajustado sus políticas de presencialidad, permitiendo un porcentaje razonable de teletrabajo. Esto se traduce en un aumento general de teletrabajadores respecto a los números previos a la pandemia, con un modelo que sigue evolucionando, en busca de una regulación más equilibrada entre trabajo remoto y presencial. No estamos volviendo al pasado, sino ajustando el equilibrio hasta dar con un modelo híbrido que encaje con las necesidades reales de empresas y empleados».
En este contexto se abre paso el modelo híbrido, que combina la oficina con el hogar. Según la última encuesta de Protime, 6 de cada 10 trabajadores prefieren este formato. «Es un buen punto intermedio, pero, como en cualquier modelo, no existe una fórmula mágica que funcione para todos. Cada empresa y cada equipo tienen dinámicas y necesidades diferentes, por lo que el equilibrio perfecto no es universal. Sin embargo, para muchas organizaciones, el híbrido ofrece lo mejor de ambos mundos: la flexibilidad y autonomía del teletrabajo junto con la interacción y colaboración presencial», explica Bermejo.
Además de poder pasar más tiempo en casa, los equipos se ahorran tiempos en los desplazamientos, al tiempo que conservan lo bueno de la interacción con sus compañeros, «crucial para la cohesión de los equipos y la construcción de relaciones laborales sólidas».
¿Existe el equilibrio?
«Los equipos valoran principalmente el equilibrio entre la flexibilidad y la interacción social. La flexibilidad horaria es uno de los beneficios más demandados por los empleados, es algo que se menciona constantemente cuando se habla de conciliación, porque les permite organizar su jornada de acuerdo con sus necesidades personales y familiares, lo que mejora no solo su satisfacción sino también su productividad», dicen desde Protime sobre la importancia de verse con los compañeros, el momento de compartir ideas o los datos que apuntan a que los equipos funcionen mejor. «Así se logra evitar el aislamiento que puede generar el teletrabajo total y refuerza el sentido de pertenencia», explica Bermejo.
En todo esto, las preferencias varían según la edad: los trabajadores más jóvenes tienden a preferir, según Protime, el teletrabajo, mientras que los más veteranos apuestan por el híbrido. Según el informe de esta compañía, un 58 % de los encuestados considera ideal una distribución de tres días presenciales y dos de teletrabajo.
«El modelo híbrido ofrece grandes ventajas tanto para equipos como para empresas. Para los empleados, trabajar algunos días desde casa supone un ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos, menos estrés relacionado con estos y una mejor conciliación entre la vida personal y profesional. Para las empresas, también tiene beneficios, como la reducción de costes operativos y la mejora de la productividad, al permitir que los empleados trabajen en un entorno cómodo. Además, este modelo favorece la retención del talento», dice Bermejo sobre un modelo que también presenta retos. Uno de los más importantes es la dificultad de mantener el vínculo con la empresa y los equipos. «Aunque la tecnología facilita la comunicación, al final, nada es capaz de reemplazar completamente el contacto humano. Además, para los empleados es más difícil desconectar, ya que la línea entre lo personal y lo laboral se difumina. Incluso pueden surgir problemas relacionados con la desconexión digital. Por otro lado, sin objetivos claros y las herramientas adecuadas, también es más difícil para las empresas medir la productividad en relación al tiempo de trabajo».
La «desconexión» del teletrabajo
«Uno de los grandes temores de las compañías con el teletrabajo es que los empleados se sientan desconectados del equipo y de la empresa», explica Óscar Bermejo, que indica que de nuevo modelo híbrido puede marcar la diferencia en este sentido. «Combinar días en la oficina con días de teletrabajo ayuda a mantener la cohesión del equipo sin perder la flexibilidad. Eso sí, la conexión entre compañeros no se genera solo en reuniones de trabajo, sino también en la interacción espontánea del día a día: esas conversaciones en la máquina de café o en el aseo que parecen triviales, pero que muchas veces ayudan a resolver problemas o a generar nuevas ideas. El formato híbrido mantiene vivos estos momentos, que al final son clave para la creatividad y la conexión entre equipos».
El teletrabajo, ¿cosa de jóvenes?
Aunque el híbrido avanza, los más jóvenes prefieren el trabajo en remoto sobre todo para aquellos menores de 25 años, que han crecido en un entorno hiperconectado y para quienes la tecnología es parte de su vida diaria. «Para esta generación, estar en la oficina no es sinónimo de productividad, ya que han aprendido desde pequeños a comunicarse y colaborar a través de herramientas digitales. Además, muchos de ellos han recibido parte de su formación académica de manera remota, especialmente debido a la pandemia, lo que ha hecho que se sientan cómodos trabajando en un entorno digital», explica.