Los 4.000 expertos en inteligencia artificial y «big data» por los que suspira España

S. Gómez

RED

ia.Una clase sobre IA en la UDC
Una clase sobre IA en la UDC CESAR QUIAN

Las grandes empresas buscan perfiles que dominen las nuevas tecnologías, aunque el déficit es todavía desolador

04 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El big data y la inteligencia artificial (IA) han impactado de pleno en la economía mundial. Ambas tecnologías, completamente disruptivas, se han convertido en el enésimo reto de las empresas, que tratan de amoldarse a ellas para evitar acabar siendo devoradas y fagocitadas. Le ocurre lo mismo a las multinacionales, que ven como los especialistas escasean: encontrar expertos tecnológicos está más caro y difícil que nunca. Quedó claro en el último gran evento europeo sobre la materia, el Digital Enterprise Show 2025, celebrado en Málaga, donde tuvieron voz algunas de las compañías más importantes del Viejo Continente. Fue el caso de Ferrovial, que recientemente mudó su sede social a Holanda, y cuya responsable de transformación digital, Lucía Flecha, puso una cifra a esa necesidad de profesionales en España: «Hay más de 4.000 posiciones de IA y datos sin cubrir. Esperamos que este año se haya ocupado un 15 % más».

La experta también dejó claro que cada vez afrontan más retos para que las plantillas estén preparadas ante un mercado que cambia a un ritmo frenético. Citó específicamente al acceso de los empleados al mercado global, lo que ha provocado que la rotación sea de una media de dos años y medio. «La mayor brecha se encuentra en los perfiles computer vision, mientras que los que están relacionados con governance se irán cubriendo mejor. En IA estamos dentro del desafío del buen gobierno, y estos especialistas todavía no abundan», destacó la directiva.

También apuntó que todos los trabajadores deberán contar con nociones de IA generativa, que permite crear los llamados agentes virtuales: «Estos agentes, que podrá crear el empleado, van a requerir una formación y un control adecuado. Están empezando a llegar, y debemos aprender a gobernarles».

En esa idea también incidió Rosa Montero, de Airbus, que destacó el déficit de profesionales formados que se están encontrando. Apuntó que «el binomio empresa y entidad educativa tiene que ser esencial, básico, y constante, incorporando a los perfiles y estableciendo proyectos de trabajo conjuntos. Debe existir un diálogo continuo». Representantes de distintos centros académicos también se reunieron en la cita para valorar la incorporación de una visión humanista en la formación. Francisco García, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, destacó que IA «no es que pueda ayudar a mejorar la transferencia de conocimiento entre empresa y la academia, es que tiene que hacerlo». Abogó por un diálogo entre compañías, instituciones y universidades: «La IA nos puede ayudar, porque no va a interaccionar, sino a interactuar y a enriquecer perspectivas».

Más retos

Juan Salvador Victoria, vicedecano de Investigación y Transferencia en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, apostó por un enfoque multidisciplinar para investigar sobre IA y utilizando la IA: «Esta tecnología realmente en sí misma no es relevante, sino que nos lleva a reconstruir, reconocer la inteligencia humana». Propuso poner en marcha un enfoque transversal, donde más allá de incluir la IA y su manejo en los planes de estudio, puso énfasis en la introducción de una asignatura completamente rompedora: inteligencia humana.

Bella Palomo, decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, trasladó también su inquietud por los riesgos procedentes de un uso inapropiado de las herramientas de aprendizaje automático: «Los nativos digitales no son inmunes a los peligros derivados de las nuevas tecnologías porque no han tenido una formación especializada en ellos. Nos preocupa que ese gran éxito digital se termine transformado en un fracaso social». Consideró que las facultades, empresas y centros escolares son importantes para tomar conciencia: «Estamos creando una herramienta de intercambio automático de datos para poder automatizar la desinformación, pero somos conscientes de que hay margen de error».