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29 oct 2025 . Actualizado a las 13:56 h.El año pasado, los deportistas registrados en la plataforma Strava lograron el 72 % de sus objetivos de running, el 77 % de los de ciclismo y aumentó su participación en maratones, ultramaratones y century rides. Hace años era más complicado realizar métricas como esta, pero ahora es posible porque los aficionados al deporte lo son también a plataformas en la que hacer ejercicio es más que quemar calorías: también es medir la intensidad, registrar marcas, ponerse metas y compartir esfuerzos. Porque la tecnología ha cambiado mucho la forma de entrenar.
Strava es una de las aplicaciones más populares entre deportistas, pero hay muchas similares en las que los usuarios registran y analizan la actividad física a través del GPS, donde pueden rastrear y compartir entrenamientos de diversas actividades como ciclismo, carrera, natación o senderismo; pero también es una red social en la que conectan con otros deportistas. Para Xipporah Allen, su directora de Negocios, «el auge de rutinas más relajadas y basadas en la conexión social muestra que hacer deporte ya no se trata de agotarse».
Y además, los datos aportados por los usuarios permiten definir cada vez mejor las tendencias de cada momento: el pasado año, por ejemplo, los nacidos en la generación de los boomers, (entre 1946 y 1964) y la conocida como generación X (hasta 1980), marcaron el ritmo y superaron a los Millennials (nacidos entre 1981 y 1996) y a la generación Z (hasta principios del 2010); tanto en kilómetros recorridos como en la obtención de récords. Además, se produjo un acercamiento en las gráficas sobre el interés de hombres y mujeres en determinadas prácticas deportivas: ellas hicieron más entrenamientos de fuerza y ciclismo que un año antes, mientras que ellos registraron más actividades de Pilates y yoga que en el pasado.
En el caso del running, que se considera el deporte estrella en popularidad, no solo se mide en términos de participación, sino también en la adopción de tecnologías avanzadas que están cambiando la forma en que los corredores entrenan y compiten. Según GMI Insights, el mercado global de inteligencia artificial aplicada al deporte alcanzó un valor de 1.200 millones de dólares en el 2024 y se proyecta que crezca a una tasa anual del 14,7%, llegando a 4.700 millones de dólares en la próxima década. Los deportes individuales representaron el 44% de la inversión en IA.
Pero la tecnología no solo se ha colado en el día a día de las personas que practican deporte de manera individual, sino que también se ha convertido en un gran aliado para los profesionales y entrenadores deportivos: «Nos da muchas posibilidades a la hora de planificar los entrenamientos», destaca Fernando Ferreiro, coordinador de actividades deportivas en Termaria, en A Coruña. Este gimnasio, como tantos otros, ha incorporado año tras año diferentes máquinas donde los usuarios pueden afinar más sus entrenamientos. Ferreiro reconoce que la forma de hacer deporte ha cambiado mucho gracias a la innovación, «no en la esencia, pero sí en las posibilidades, no dejamos de hacer lo de antes, pero los usuarios valoran mucho la información que le proporcionan las máquinas».
En los gimnasios ya es casi una excepción ver a algún usuario sin el móvil en una mano y un smartwatch en la muñeca: son dispositivos desde los que siguen sesiones de entrenamiento online, que miden sus pulsaciones, el número de repeticiones de una actividad y que además ofrecen música. Y aunque también aquí se aprecia una cierta brecha digital, usuarios de todas las generaciones sacan el máximo partido a las máquinas disponibles: la cinta de correr es un ordenador que anima hace caminar, ofrece datos biométricos y encima permite ver la tele, navegar por internet o jugar a algún videojuego mientras se queman calorías.
Aprendizaje automático
Dentro de todas estas innovaciones, el machine learning lidera el desarrollo tecnológico con un 41% de participación en el mercado de IA deportiva. Este aprendizaje automático permite a los ordenadores nutrirse de los datos sin ser programadas explícitamente para cada tarea. Utiliza algoritmos para identificar patrones y permite a los sistemas hacer predicciones o tomar decisiones basadas en los datos, mejorando su rendimiento a medida que procesan más información. Otras tecnologías como la visión por computadora o el análisis predictivo, también se utilizan para analizar grandes volúmenes de datos y ofrecer recomendaciones precisas y adaptadas a cada atleta. «Con la llegada de la IA generativa se abre un mundo de posibilidades para potencie el rendimiento», asegura Francisco José Moreno Balboa, fundador de Logixs. Está compañía está detrás de la transformación tecnológica de la empresa HealthTech, desarrollando una aplicación que no solo automatiza la creación de planes, dietas y ejercicios, sino que permite una personalización máxima integrando la IA en en cada punto de contacto, «desde la primera interacción con los clientes hasta la creación de planes personalizados, la asignación precisa de profesionales y la elaboración de reportes detallados».
La IA generativa ofrece tantas oportunidades a los deportistas que incluso, puede ayudar a los de alto rendimiento a conseguir sus objetivos: «En el caso de los corredores, se puede diseñar un plan completo personalizado para que el usuario consiga hacer una maratón, dando todo de sí», explica Moreno Balboa. De esta forma, puede crear un plan en el que tiene en cuenta todos los parámetros: desde la alimentación y los días de descanso hasta medir el esfuerzo que se hace en los propios entrenamientos para analizarlos y cambiar según las necesidades del deportista, además de tener muy en cuenta factores como la pisada o su morfología física para llevarle a conseguir un mejor rendimiento según sus propios parámetros.
En cualquier caso, el preparador Fernando Ferreiro recuerda también que «la tecnología y los datos son fríos»: no es lo mismo entrenar un lunes que un viernes y hay que conocer las circunstancias y las sensaciones para hacer una buena planificación del entrenamiento: «Al igual que en otras disciplinas, aquí también hay que hacer un uso inteligente de la tecnología».
