Llega a la Wii «The Last Story», un enigmático título de rol creado por uno de los padres de «Final Fantasy»
02 mar 2012 . Actualizado a las 11:02 h.Elegante. Encantador. Cautivador. Épico. Fascinante. Magnético. Precioso. Estos y otros calificativos elogiosos han sido cosechados entre la crítica especializada por uno de los últimos títulos que se han sumado al catálogo de la Wii.
Se llama The Last Story y es un juego largamente esperado por miles de aficionados a ese singularr género que es el rol a la japonesa.
Creado por uno de los artífices de esa monumental serie llamada Final Fantasy, Hironobu Sakaguchi, propone al jugador ponerse al mando de una banda de mercenarios que se embarcan en un viaje épico, que emprenden una gran aventura por un mundo fascinante. Hasta seis personas pueden participar juntas en una peripecia que transcurre en una isla que esconde numerosos secretos y misterios, amenazada por una guerra entre dos razas. Se verán envueltos y arrastrados al conflicto.
El juego entra por los ojos. Y es que cuenta con un apartado gráfico espléndido y cautivador. También lo hace por los oídos. Su banda sonora es memorable, con temas orquestales capaces de enganchar desde sus primeros acordes y perdurar en la memoria.
Innnovador sistema de combate
Uno de los apartados más destacados de la obra de Sakaguchi es el innovador sistema de combate. Las batallas son en tiempo real y las decisiones tácticas, fundamentales. Hay un aspecto clave a manejar, el magnetismo, una acción que permite concentrar la atención del enemigo sobre un personaje.
The Last Story tiene poco que ver con referencias del rol occidental como Skyrim, Fallout: New Vegas o Dragon Age. Se parece, como es natural, a otras joyas orientales como el reciente Final Fantasy XIII-2 o Xenoblade: Chronicles.
The Last Story es, posiblemente, el juego más elegante y cautivador que nunca se haya hecho para la Nintendo Wii. Posiblemente también sea el último. La U, la nueva consola de la compañía, acecha ya en el horizonte, presta a jubilar a una máquina que ya ha pasado a la historia del ocio electrónico.