Para acceder al correo electrónico de un familiar muerto basta con comprobar el parentesco y enviar una copia del certificado de defunción
22 dic 2013 . Actualizado a las 11:28 h.Existe poco interés por saber qué sucede con la información que se ha compartido tanto en las redes sociales como en los servidores de correo electrónico tras el fallecimiento del usuario. Muchas empresas suelen desactivar la cuenta tras un período determinado de inactividad, pero cada vez son más los sitios que ofrecen los denominados servicios póstumos. Facebook, por ejemplo, permite cancelar definitivamente el perfil del fallecido o pasarlo al estado in memoriam, lo que posibilita a los contactos del usuario seguir visitando su perfil, el único requisito es enviar el certificado de defunción o una esquela que se haya publicado en algún periódico.
Hotmail, ahora gestionado por Microsoft, va un poco más allá y ofrece a los familiares la posibilidad de obtener una copia de todos los correos, archivos adjuntos y contactos de la cuenta del difunto presentando únicamente el certificado de fallecimiento, la copia de algún documento oficial que acredite la identificación del titular y otro que certifique el parentesco con el difunto.
Google es más estricto al respecto y solo facilita el acceso a los datos de una cuenta de Gmail en casos excepcionales y siempre después de demostrar que la persona que solicita la información recibió al menos un correo electrónico desde la cuenta del fallecido. La empresa exige además la certificación oficial de la muerte con una traducción jurada al inglés.
Para tramitar la cancelación de una cuenta de Twitter basta con enviar a los administradores del servicio de microblogging el certificado de defunción. Si la familia así lo desea puede obtener una copia de todos los mensajes que se hayan tuiteado públicamente pero en ningún caso facilita el acceso a los tuits privados.
Organiza tu herencia digital
Una buena forma de asegurar que las cuentas de Internet serán canceladas después del fallecimiento de un usuario es compartir las contraseñas con un albacea digital. Otra opción es contratar los servicios de alguna web que gestione la cancelación de los activos digitales. También existe la posibilidad de heredar a amigos o familiares los perfiles de las redes sociales y los blogs con la finalidad de que se sigan actualizando.