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¿Por qué se calienta mi teléfono móvil?

La Voz REDACCIÓN

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Pixabay

Se llama «thermal throttling» y es una medida de protección de los propios dispositivos

24 jul 2025 . Actualizado a las 12:14 h.

Quién no ha visto en la pantalla de su teléfono móvil o tablet un mensaje de que el dispositivo «está demasiado caliente». Esa es la alerta más famosa del verano en smartphones y allegados. Y es que el calor excesivo es uno de los principales enemigos de los dispositivos electrónicos. Cuando este mensaje salta en la pantalla el teléfono queda normalmente inhabilitado. El sistema operativo detecta que el dispositivo está por encima del umbral técnico seguro, que suele estar entre 45 y 50 grados, así que reduce su rendimiento bloqueando el teléfono o algunas de sus funcionalidades, como los datos móviles, el brillo o la cámara. Es el llamado thermal throttling o estrangulamiento térmico. Por lo tanto, no es un fallo, es una medida de protección automática.

¿Qué significa esto? Pues que el sistema detecta temperaturas peligrosas y reduce el rendimiento del procesador, apaga funciones y puede llegar a apagar el dispositivo para evitar daños. Esto se debe a que el calor excesivo puede dañar la batería, los sensores o incluso deformar componentes. El procesador baja su velocidad, la batería deja de cargar y muchas aplicaciones se cierran solas para evitar que el dispositivo genere más calor. Si no se enfría, el móvil se apaga completamente como último recurso. Si esto sucede, ¿qué debemos hacer? Pues lo más importante es dejar de usar el móvil, quitarle la funda, apagarlo, llevarlo a un lugar fresco y no conectarlo al cargador hasta que vuelva a su temperatura normal.

Calor vs. aparatos electrónicos

Las altas temperaturas del verano no son las mejores aliadas de los dispositivos electrónicos. Muchos aparatos ven afectado su rendimiento, su durabilidad e incluso su seguridad. 

Los teléfonos móviles se calientan con facilidad debido a su tamaño compacto y al uso intensivo que se les da. Los casos de sobrecalentamiento se dan sobre todo cuando los usamos mientras se cargan o cuando los dejamos expuestos al sol. Estos gestos, que parecen simples detalles pueden derivar en pérdida de rendimiento, errores en la pantalla táctil o daños en la batería. 

Los portátiles y las tablets también son sensibles, ya que sus sistemas de refrigeración son limitados. Si se usan durante mucho tiempo o en ambientes calurosos, pueden reducir su velocidad para proteger el procesador, generando lentitud, bloqueos o pérdida de datos. Si usas programas de edición de vídeo, diseño o videojuegos, podrías notar aún más estos efectos.

Las baterías de iones de litio, presentes en la mayoría de dispositivos móviles, drones y patinetes eléctricos, son particularmente vulnerables al calor. Pueden degradarse rápidamente, hincharse o incluso incendiarse si la temperatura es demasiado elevada o si se exponen al sol durante largos períodos. Una batería dañada no solo pierde autonomía, sino que también representa un riesgo de seguridad. Por eso, nunca se recomienda dejar cargando un dispositivo sobre superficies blandas como la cama o dentro de un coche caliente.

Las consolas de videojuegos también sufren con el calor, ya que generan mucho calor interno debido a sus potentes procesadores gráficos. Si no cuentan con una buena ventilación, pueden apagarse, fallar o sufrir daños permanentes. Los gamers pueden notar en estos meses que el ventilador trabaja al máximo, lo que no solo genera ruido, sino también posibles bajadas de rendimiento.

Las cámaras digitales y los drones también son dispositivos que sufren, ya que suelen utilizarse en exteriores y procesan grandes cantidades de información visual en alta resolución. La subida de temperatura interna puede causar apagones, pérdida de calidad en la imagen, errores en el enfoque o incluso dañar los sensores con el tiempo. Además, en ambientes calurosos, la duración de la batería de estos dispositivos también se reduce.

¿Qué hacemos?

Si quieres proteger tus dispositivos, los consejos son básicos. Nunca se deben dejar expuesto al sol directo, ni usarse mientras se cargan. Los fabricantes recomiendan además mantenerlos bien ventilados y limpiar regularmente las rejillas o ranuras por donde circula el aire. En el caso de ordenadores de sobremesa o portátiles, se recomienda usar bases refrigerantes o mantenerlos elevados para facilitar el flujo de aire.

¿Y los coches?

«Ante unos meses especialmente cálidos, es importante poner en práctica una serie de recomendaciones que contribuirán a mantener en buen estado el automóvil y alargar su vida útil, evitando que elementos tan sensibles como la batería o el sistema eléctrico se vean afectados por el calor intenso propio de estos días y en zonas de playa donde el salitre y la humedad facilitan la corrosión». Esta es la reflexión que hace desde Norauto, Víctor Pardo, responsable de reparación electrónica y vehículo eléctrico de la firma.

Para este experto, el mayor error pasa por no tener en cuenta que el calor reduce la autonomía del coche. «Los coches híbridos y eléctricos pueden experimentar una reducción en su autonomía debido a las altas temperaturas y, por lo tanto, reducir la distancia que se puede recorrer con una sola carga. Esto es así, no tanto por la propia batería, que va refrigerada, sino porque con el calor hay una mayor necesidad de refrigeración del habitáculo y del sistema electrónico de alta tensión lo que hace que el consumo de energía aumente». También aconsejan no cargar los coches en lugares soleados. «Se recomienda que haya de unos 20 a 25 grados centígrados en el ambiente. Los 40 grados centígrados que se pueden alcanzar algunos días en verano afectan a la carga y, por lo tanto, se aconseja utilizar cargadores que estén techados y bien protegidos del calor como pueden ser estacionamientos subterráneos».

Aseguran que lo recomendable es cargar el vehículo en la horas de menos temperatura y sobre todo tener muy presente que el mantenimiento del vehículo es fundamental. «Realizar desplazamientos de largo recorrido sin planificar las cargas del automóvil. Con el calor se reduce la autonomía. Por ello, es recomendable conocer los puntos de recarga disponibles durante el trayecto y calcular el punto exacto del viaje en el que será necesario realizar una recarga», añaden. Y hay más, siempre mejor evitar aparcar el coche al sol. «El calor excesivo puede afectar el rendimiento de la batería».

A los usuarios de híbridos o eléctricos les desaconsejan además «usar la carga rápida con calor extremo». « La carga rápida genera un calor extra que puede estresar la batería y generar inestabilidad química. Es preferible usar cargas lentas», sostienen.