
Este programa para dispositivos móviles está basado en un ensayo científico realizado con escolares alemanes durante tres años, que demostró mejoras en la capacidad matemática, de comprensión y de adquisición de conocimientos
22 ago 2025 . Actualizado a las 09:20 h.Llega septiembre y muchas personas se ponen el objetivo de volver al gimnasio. Pero los músculos abdominales, de brazos y de piernas no son las únicas partes del cuerpo que se deben ejercitar. También se puede -y se debe- entrenar el cerebro: la mayoría de las personas pueden retener entre cinco y siete fragmentos de información antes de tener que escribirlos, pero esta métricas se puede mejorar. Hacerlo favorece a la concentración, a la planificación y a la resolución de problemas; lo que en el ámbito de la neurociencia se conoce como memoria de trabajo o memoria operativa. Es el equivalente humano a la memoria RAM de los ordenadores y puede ser determinante tanto en estudiantes, a la hora de obtener mejores resultados académicos; como en adultos, para ser más eficientes en sus tareas profesionales y personales. Más aún en un momento como el actual en el que varios estudios internacionales coinciden en que la capacidad de atención ha caído en más de un 70 % en solo dos décadas, y España sigue registrando tasas de abandono escolar temprano. Todas estas variables apuntan a un mismo fenómeno: la desconexión mental.
Los beneficios de acudir a un gimnasio mental lo demostró The Impact of Working-Memory Training on Children's Cognitive and Noncognitive Skills, un estudio independiente liderado por la Universidad de Zúrich que siguió durante tres años a más de 500 escolares en Alemania. Los niños que completaron el programa, de solo 12 horas de duración, mostraron avances significativos en aspectos como la geometría, la lectura, el autocontrol y el cociente intelectual, con un impacto comparable al desarrollo cognitivo obtenido tras un año adicional de escolarización. Tres años después del entrenamiento, un 46% de estos alumnos pudo acceder al Gymnasium (la vía académica superior en Alemania), frente al 30% del grupo que no lo hizo. «Lo relevante de este estudio no es solo que los beneficios duren, sino que incluso se acumulan con el tiempo; vimos mejoras que siguieron creciendo años después», destaca Torkel Klingberg, profesor del Karolinska Institutet de Suecia que, con la base científica de dicho estudio, creó un protocolo y fundó Cogmed, spin-off que está detrás de la aplicación para dispositivos móviles Nuroe. Con ella propone aprovechar pequeños momentos diarios delante de la pantalla para mantener en forma la memoria de trabajo, una habilidad cerebral clave para concentrarse, resolver problemas o seguir instrucciones. «Bastan sesiones breves, bien estructuradas, y, sobre todo, planteadas de forma atractiva para ellos».
El auge de la inteligencia artificial, la sobrecarga digital y la disminución de la capacidad de atención están transformando las exigencias que se imponen a la próxima generación. Ya no basta con enseñar contenidos, también se deben fortalecer los sistemas mentales que hacen posible el aprendizaje. «Al llevar el control de la atención al límite varias veces por semana durante varias semanas consecutivas esta función aumentará y se fortalecerá como un músculo», explica Álvaro Fernández Ibáñez. Divulgador especializado en neurotecnología, es el inversor español de esta empresa tecnológica que ya ha lanzado su producto por todo el planeta; «España es el quinto país por número de usuarios», detalla, por detrás de Alemania, Suecia, el Reino Unido y Estados Unidos.
Disponible en Android e iOS, el programa Nuroe consta de 40 sesiones de entrenamiento cortas, de unos unos 15 minutos cada una, en los que el usuario debe pasar una serie de pruebas basadas en repeticiones; aparentemente son sencillas, pero se van complicando poco a poco. Como recompensa, tras cada sesión, el usuario puede ir construyendo una ciudad imaginaria a partir de las monedas que logra con el entrenamiento. El programa se completa en un período de entre ocho y trece semanas; «Se trata de una intervención única, sin necesidad de suscripción continua», destaca Fernández Ibáñez, e insiste en que está basado en más de 25 años de investigación neurocientífica y que ha sido validado en más de 120 estudios revisados por pares. Está diseñado para niños de entre 6 y 18 años y se adapta a los períodos de mayor plasticidad cerebral.
«Pero también es interesante para los adultos», explica el experto. Por eso, cada suscripción permite que realicen el programa dos usuarios diferentes, con la intención de que lo hagan de manera paralela, por un lado un adulto y, por otra un niño. Además, aunque de momento se ha lanzado enfocado en el público infantil, los expertos valoran su potencial para otros colectivos. «La neurociencia ha avanzado mucho en los últimos años para reducir la demencia y este es un proyecto que se encuentra entre la medicina y la educación», dice. Explica que decenas de psicólogos ya lo utilizan en España para sus tratamientos y que en Estados Unidos se ha utilizado para terapias con personas con déficit de atención; no obstante, Fernández Ibáñez está convencido de que «mucha gente no tiene déficit de atención sino déficit en la memoria de trabajo», lo que se entrena en el gimnasio virtual de Nuroe.
Sus creadores aseguran que fortalece la concentración y el control de los impulsos; aumenta el coeficiente intelectual fluido; mejora el rendimiento académico y desarrolla la resiliencia cognitiva en un mundo lleno de distracciones. «Además se crea una experiencia tecnológica positiva, un tiempo de pantalla efectivo», destaca.