La actriz coprotagoniza la comedia «Con las alas cortadas» Retorna al Principal como intérprete y empresaria con una versión diferente al texto de John Godber
16 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.?a programación Teatro en xira , que organiza el Concello de Santiago con el patrocinio de Caixa Galicia, ofrecerá esta noche (tras el éxito del primer espectáculo Ay, Carmela que llenó el Principal) la segunda propuesta del cartel. Se trata de Con las alas cortadas , la versión española de la obra de John Godber Abril en París , protagonizada por Blanca Marsillach y Juan Gea. La actriz rebosaba ayer de satisfacción por representar este montaje en el Principal, puesto que llevaba muchos años -la última con Francisco Portes en El lindo Don Diego - sin pisar las tablas del teatro compostelano, al que calificó como «uno de los teatros bombonera más bonitos de España». Entonces Marsillach venía a Santiago sólo como actriz, pero ahora lo hace también como empresaria teatral, lo que para ella significa un sueño cumplido pero también todo un reto. Parece que Blanca siente una debilidad real, o cuando menos subliminal, por el chocolate porque «bombón» fue también la palabra que empleó de entrada para calificar Con las alas cortadas , versionada y dirigida por Ana Diosdado y con la que lleva dos años de gira. La pieza de Godber es la historia de una pareja, Al y Bet, en un pueblecito de Londres que ya ha perdido la ilusión por el amor. En su papel, Marsillach tiene que ponerse en la piel de esa mujer, «llegar a casa, encontrarse con un hombre negativo y no dejar que esa negatividad le afecte, intentando que la vida le sonría e ir adelante». Ante ese panorama, de repente, a la mujer le toca en un concurso un viaje a París en pareja que le cambia la vida. Para la actriz, «es muy bonito ver el contraste de una mujer positiva, con ganas de vivir, con este hombre que ya está de vuelta de todo, cuando no le ha pasado nada realmente». Las relaciones de esta pareja, que se dice de todo, son caldo de cultivo para la sonrisa y la carcajada. La versión de Ana Diosdado no tiene nada que ver con el texto original, sino que ella, en opinión de Blanca Marsillach, «no ha querido que se pasase por alto el conflicto de la pareja, de lo que es desamor, hastío, y el intentar recuperar a ese hombre a través del encuentro con la armonía». Diosdado convierte a Bet en una heroína, en el sentido de que por primera vez en París ve a Al como nunca le había visto, dándose cuenta de que existe, produciéndose una transformación interior en el hombre y otra en la mujer al reconocerlo y aceptar que se había equivocado.