Unos 1.500 peregrinos culminaron ayer el Camino, justo para llegar a los Fuegos

Héctor Juanatey / Cristina Rúa

SANTIAGO

25 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El día de los Fuegos llegó, como es habitual cada año, acompañado del mayor número de peregrinos en lo que va de año. A su cierre ayer por la noche, la Oficina del Peregrino había sellado durante toda la jornada más de 1.500 compostelas.

Uno de estos romeros se llama Andreas Scheunig, un alemán que realizó el Camino de Santiago en bicicleta desde la ciudad austríaca de Salzburgo. En total, este ciclista recorrió 3.700 kilómetros en dos meses de trayecto. Una de las peculiaridades de Andreas es que tira de un pequeño remolque donde guarda una tienda de campaña, libros, periódicos... Y que entre otras cosas le obliga a recorrer de vuelta cada uno de los kilómetros de la ida. «Tenía pensado volver en bicicleta pero desde los Pirineos -dice-, aunque en la estación de autobuses me dijeron que no podían llevar la bicicleta con el remolque».

La razón de que Andreas se decidiese a realizar el Camino en esta ocasión fue un percance que sufrió el año pasado, cuando lo hizo por primera vez, entonces a pie. Uno de sus objetivos era retratar el viaje con su cámara de fotos, con tal mala suerte que se la robaron en Caldas de Reis. «Cuando me la robaron pensé: 'el año que viene lo vuelvo a hacer para enseñárselo a todos mis amigos', y aquí estoy», comenta. Este alemán puede presumir de llevar a sus espaldas más de 8.000 kilómetros tras haber completado todas las rutas jacobeas. Andreas, originario de Alemania pero residente en Austria, reconoce que le gusta Galicia porque «se parece mucho al país donde vivo. Tiene muchas montañas, bosques... Cuando paso por un pueblo gallego el olor es el mismo que el de los pueblos austríacos y eso me encanta». Además, dice sentirse muy atraído por el mar, por lo que A Coruña «es una ciudad que me gusta mucho».

Otros optan por hacer el Camino en grupo, como un colectivo de boy scouts de Barcelona formado por más de veinte chavales que han aprovechado el verano para «vivir una nueva experiencia». Ruth Castro confiesa que ha sido «inolvidable».

Los amantes del deporte encuentran en el Camino una ocasión perfecta para hacer ejercicio y vivir experiencias. Jorge Romero ha recorrido más de 160 kilómetros sobre las dos ruedas desde León. A su paso por Galicia han soportado días de lluvia y calor, además de la dureza de la Ruta, pero «valieron la pena». En otras ocasiones basta con las recomendaciones de los demás para animarse a calzarse las zapatillas y hacerse con un bastón para recorrer la geografía gallega. La bilbaína María del Carmen caminó con sus dos amigas desde Sarria hasta llegar ayer a Compostela un tanto convaleciente. «Nos dijeron que era muy especial y queríamos comprobarlo». «Fueron unos días muy duros, pero es inolvidable». A su llegada, confiesa que repetirá, pero «desde más lejos». Además de la experiencia, se lleva un buen recuerdo de los gallegos: «Son muy amables y serviciales».