«Panrico xera situacións constantes de medo polo futuro inmediato da planta de Galicia». Esa es la conclusión a la que ha llegado la Federación Agroalimentaria del sindicato Comisiones Obreras, que denuncia que la empresa está intentando cerrar la planta en Santiago de Compostela a través de procedimientos poco ortodoxos.
Primero, la producción: la organización sindical asegura que los responsables de la firma desvían la producción tradicional (Donuts) de la planta gallega a otras factorías que Panrico tiene en el resto del Estado. Además, y siempre según la versión de CC.OO., las inversiones tecnológicas que se están llevando a cabo en el resto de las plantas españolas no se está dando en la compostelana, «deixando deliberadamente a planta compostelá obsoleta e falta de innovación tecnolóxica».
Y no solo eso. Además de estas estrategias, al parecer, el departamento de Recursos Humanos de Panrico está llamando individualmente a los trabajadores de la factoría de Santiago «e proponlles despedimentos ás agachadas da súa representación legal».
Por todo esto, Comisiones Obreras exige mantener una reunión inmediata con la dirección estatal del grupo, en la que se garantice el mantenimiento de la producción y de la que salga el compromiso de mantenerlas inversiones necesarias «que aseguren a continuidade de Panrico no noso país, así como o mantemento de todos os postos de traballo», puntualiza el sindicato a través de un comunicado de prensa.
Y no solo eso. La organización sindical solicitará mantener un encuentro con la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, para informarla de la situación laboral que dicen se está generando en la planta gallega de Panrico. Además, le solicitarán a la responsable del departamento autonómico que la Xunta de Galicia intervenga inmediatamente para paliar esta situación «na defensa dos intereses da comunidade autónoma».