Casi 5.000 jóvenes se dejan los párpados en el encuentro informático de referencia en el noroeste

SANTIAGO

27 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Que nadie se asuste. Los cerca de 5.000 jóvenes que participan este año en el encuentro informático Xuventude Galicia Net en Santiago no se dedican a nada que no hagan habitualmente en el anonimato de sus habitaciones. La única diferencia es que aquí están todos juntos y tienen por delante dos días completos de desenfreno informático, para permanecer ante la pantalla del ordenador hasta que se les sequen los párpados; nadie les dirá: «¡Jose! ¿Quieres bajar a cenar de una vez?».

La madre del cordero en esta romería de exaltación del terabyte es lo que se denomina la Lan Party, algo pensado como un espacio de encuentro juvenil, de formación, de iniciación al mundo digital -aunque la inmensa mayoría de los que participan están más que iniciados- y un marco ideal para el intercambio de datos y experiencias y para dar a conocer los últimos avances tecnológicos. Un vistazo a las pantallas de los que ayer ya se dedicaban en cuerpo y alma a los universos digitales servía para constatar que lo del intercambio de datos, al que se refiere la organización -la Dirección Xeral de Xuventude e Voluntariado-, es una de las actividades preferidas. ¿Y qué comparten? De todo, incluidos los bocadillos: toneladas de capítulos de series, filmografías, discografías... Algunos se ríen cuando se les pregunta por la «Ley Sinde». «¡Sinde-scanso!», bromea alguien. Pero ojo, que no todo es pasarse 48 horas ininterrumpidas delante de la pantalla. Dentro del recinto del Pazo de Congresos de Santiago se disputan concursos, campeonatos y todo tipo de certámenes de temática tecnológica. El lanzamiento de cedé -como quien lanza un disco olímpico- o los cursos de doblaje, foto, vídeo y diseño son algunas de las propuestas. En Xuventude Galicia Net llaman la atención varias cosas: el despliegue tecnológico; los cuarenta kilómetros de cables; que sigue habiendo más hombres que mujeres; que los ordenadores portátiles ganan terreno a los fijos; y que la Wii, esa videoconsola en la que tienes un mando inalámbrico que lo mismo es una raqueta que una espada, da memorables imágenes de jugadores que se menean en todas las direcciones, sin complejos, ajenos a los mirones.