La adquisición de Castromil en la capital gallega continuó con la gestión de las líneas urbanas

La Voz

SANTIAGO

29 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Monbus, que nació lucense por los cuatro costados, dejó de serlo con el desembarco de la compañía en otros puntos de Galicia y España, a través de la inmersión en otras comunidades autónomas. En el 2002 llegó a Santiago para hacerse cargo de Castromil. La emblemática empresa compostelana todavía conserva algunas de sus señas de identidad en una parte de los autocares, aunque perdió su sede capitalina. El inmueble pasó a manos de la carrocera Castrosúa para ampliar sus instalaciones. En la última concesión del transporte público urbano, Monbus se asoció con Trapsa para acometer la explotación del servicio. La unión empresarial pasó a denominarse Tralusa. En Compostela, fueron y son insistentes las insinuaciones de que el presidente de Monbus, Raúl López, quiso satisfacer su afición por el baloncesto intentando la compra del Obradoiro de cara a su nueva etapa deportiva, como había hecho con el Breogán lucense, pero el deseo no se tradujo en realidad.