EU-IU se suma a los candidatos oficiales, que ya empiezan a situarse de cara a la carrera electoral sin hacer sangre
17 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Ya están todos, o casi todos. Esquerda Unida-Izquierda Unida acaba de hacer oficial la candidatura de Xabier Ron a la alcaldía de Santiago. Era algo previsto, por cuanto en los últimos meses el ahora aspirante intensificó su salida a la palestra compostelana y su rúbrica figura en el acta de varios plenos ordinarios. Sus mociones llegaron desde la calle, pero Ron quiere redactarlas en un despacho de Raxoi.
El último inquilino que enarboló la bandera comunista en el palacio municipal fue un histórico de la política compostelana, Luis Pasín, que en el primer mandato democrático ya había accedido en compañía de Francisco Candela. Tras el marasmo del PCE, ambos remataron su faena local en las filas del PSOE. Desde 1987, la representación de la izquierda estatal vacó en Raxoi. Todos los indicios apuntan a que seguirá vacando por una buena temporada.
Y ello, pese a que Xabier Ron lleva tiempo empujando la puerta. Alguna de sus mociones, como la construcción de un circuito de tierra en Brañas de Sar para oxigenar el cuerpo, llegaron al salón de plenos avalada por más de un centenar de firmas. Lo ha currado el hombre. Hasta abogó por un servicio de mediación vecinal, hoy en marcha.
De cara al actual mandato, solo hubo una opción más que chocó contra los muros de Raxoi, SAIN. Si la crisis penetra en la política, es fácil predecir que nadie más tomará el piolet electoral.
Por el momento, Xosé Sánchez Bugallo, Gerardo Conde, Rubén Cela y Xabier Ron son los colocados en la parrilla de salida. Y alguno pegando acelerones. El portavoz popular ha divisado el escenario electoral y parece haberle visto mejores pintas que en el 2007. Y acaba de blandir el arma de la Xunta.
Su predecesor, Dositeo Rodríguez conocía todos los despachos autonómicos, le eran ya familiares y se sentía a gusto en esas estancias. Y, no pocas veces, carpetas con el rótulo de Compostela situadas en la parte final de los cajones las deslizaba hacia la parte delantera. Claro está, las grescas con el gobierno de Sánchez Bugallo, que reclamaba su rol de gestor, eran corrientes. Determinar la paternidad del Estatuto da Capitalidade casi exigió la prueba del ADN.
Gerardo Conde había tenido un escarceo con el conselleiro de Cultura para reconducir el desmandado Xacobeo de los comienzos de año. Esta semana hizo lo propio con la titular de Sanidade al objeto de velar por la causa de los centros de salud nonatos, pues ya va siendo hora de utilizar el fórceps si las criaturas no salen. El proyecto de Galeras no necesitaba hibernar como una marmota en un cajón de Sanidade, pero este departamento no estuvo vivo para percatarse de ello.
En fin, Conde ha empezado a asirse a las asas del gobierno amigo. Puede que sea un caso excepcional, pero estas fórmulas suelen ser más rentables que aguardar en la barrera a que el gobernante local pique, banderillee y reciba los olés del respetable. Para el ejecutivo local es invadir su terreno, para la oposición es estar encima de los asuntos. No obstante, aunque nada de lo humano de Santiago le es ajeno a Raxoi, los proyectos comentados por Conde Roa y Pilar Farjas escapan ahora mismo a la incumbencia municipal.
Lo que está claro es que la política no es tierna, ni ingenua ni candorosa y la ciudad es una plaza que hay que conquistar. Candidato proviene de cándido (cándidus), pero si tuviese que ajustarse a las virtudes de la blancura y el candor ninguno ganaría los comicios. ¿O sí? No ha habido posibilidad de demostrarlo. Ni siquiera los ganarían los romanos, que solo eran cándidos de indumentaria. De todos modos, las estrategias son incipientes. En Raxoi aún no han empezado a arreciar las inclemencias electorales. El discurso todavía está tranquilo.
Eso sí, el PSOE realiza un marcaje implacable y obsesivo al PP. Cada paso que este partido da, tiene al instante un contrapaso informativo de los socialistas.