El presidente, Raúl López, y el director gerente de la temporada que ya ha finalizado, Chete Pazo, se conocen bien porque coincidieron durante varias temporadas en el Breogán y también el pasado curso en el Obradoiro. Pero la continuidad de ese tándem en la ACB todavía no está garantizada.
La situación no ha variado sustancialmente desde que el pasado 5 de junio el presidente de la Xunta recibiese al club en el Pazo de Raxoi.
A la conclusión de aquel acto, Raúl López ya anticipaba que el Obradoiro quería contar con Chete Pazo y que entraba de lleno en la planificación del desafío que supone retornar a la ACB.
El día anterior, en la recepción municipal, se había expresado en términos similares, incluso en el discurso oficial, al transmitirles «a Chete y a Moncho» la misión de volver a optimizar los recursos disponibles para confeccionar la plantilla.
Pero el director gerente no recogió el guante. Habló solo en retrospectiva. Veinticuatro horas más tarde significaba que «el club tiene otras cosas más urgentes que atender, como solucionar todos los trámites necesarios para inscribirse en la ACB». Y también anticipaba que no volvería a hablar sobre su renovación hasta que fuese un asunto resuelto. De momento, sigue sin dar señales de vida, porque es una cuestión que no está cerrada. Lo normal es que las dos partes sean capaces de encontrar un punto de entendimiento, porque se conocen bien. Pero falta ese paso.