La inspiración del asesino de Oslo

Por Bea Abelairas

SANTIAGO

la prensa europea y americana cree que los escritores y blogueros antiislam tienen mucha responsabilidad en la tragedia de noruega. ellos lo niegan

31 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A ndrew Boston es profesor de medicina de la prestigiosa universidad estadounidense de Brown. Su especialidad son las enfermedades cardiovasculares, pero realmente es famoso por sus libros y un blog cuya última cita es la que sigue: «Breivik, el asesino en serie de Noruega de los no musulmanes, es un monstruo aislado, sin ninguna afiliación religiosa cristiana. La yihad, sin embargo, es un fenómeno de masas religioso islámico de proporciones monstruosas, con cerca de 17.500 ataques yihadistas». Es una aclaración meditada y que nada tiene que ver con las que otros blogueros realizaron, de forma improvisada y urgente, cuando detrás del atentado dejó de estar la sospecha del terrorismo islámico y comenzó a cobrar fuerza la teoría de que el autor pertenecía a la extrema derecha. No está claro que el asesino confeso de Noruega leyese a Boston, pero sí que este llegó a demandar por plagio a Robert Spencer, el autor de otra publicación en la Red que seguía con devoción Breivik, hasta el extremo de utilizarla como inspiración en su manifiesto. Aunque su escritor favorito es un compatriota noruego y se oculta tras un seudónimo (Fjordman, ?el hombre del fiordo?), buena parte de las musas de Anders Breivik son nombres conocidos, que insisten en tildar las críticas a sus ideas como un ataque más de una mafia árabe que pugna por colonizar el resto del mundo.

La prensa americana y la europea (en especial la austríaca y la alemana) han abierto esta semana el debate sobre el grado de responsabilidad que se debe achacar a los autores declarados como islamófobos y cuya principal preocupación ahora es que la «guerra» o la «causa contra el islam puede verse empañada», como asegura, entre otros, el periodista americano Bruce Bawer. Los medios recuerdan que desde la web de la Interpol se pide colaboración ciudadana contra el terrorismo de ETA y el islámico, pero nunca se consideró una amenaza real la mutación de los herederos de las teorías nazis en nuevos grupos de odio a todo lo árabe. «Tal vez perseguimos a los criminales del Holocausto, pero no combatimos sus ideas, que han logrado sobrevivir», apuntaba un lector de un diario germano el mismo día (el pasado miércoles) en el que los centenares de foros se indignaban ante una supuesta amenaza de terroristas musulmanes contra ellos. «Es lo que nos faltaba», aseguraba uno de los muchos españoles que citan a estos líderes de opinión a pesar de que nieguen al asesino de Noruega y, a la vez, sigan reafirmándose en un ideario que considera que todos los inmigrantes musulmanes han llegado a Europa no a trabajar o estudiar, sino con una misión militar oculta.

La trayectoria del político holandés Geert Wilder -que compara al Corán con el Mein Kampf y ya tuvo que enfrentarse a un juicio por incitar al odio- puede repetirse con la larga lista de antimusulmanes de otros países. En esa tesitura se encontrarían Bat Ye?or, seudónimo de la escritora judía Giselle Littman, nacida en Egipto y de nacionalidad británica, que ha creado el término dhimmi (sumisión al dominio islámico); Pamela Geller, habitual tertuliana de la cadena norteamericana Fox e instigadora de una cruzada contra las mezquitas; el filósofo serbio Serge Trifkovic, o incluso el escritor indio de origen musulmán Ibn Warraq, que reniega de su procedencia.

Repercusión. Los medios creen que el terrorismo de ultraderecha no estaba vigilado